9: La curiosidad puede asustar al gato

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Desperté por sus caricias en mi cabello, se sentía bien
-Buenos días Illelsito
-Buenos días pequeño lastre- sonreí ante el hecho de que hace buen tiempo no nos decíamos así…
-Tengo que preparar el desayuno y luego iré a la casa de mis padres ¿vienes?
-Claro que si, iré a comprarles algún dulce
-Buena idea- nos dimos un corto beso y la rutina empezó hasta llegar a nuestro destino
Entramos y no había nadie, se nos hizo muy extraño ya que era muy temprano asi que decidimos esperar un rato
-Ya ha pasado media hora Yeri, me estoy aburriendo…
-Igual yo…voy a ir al sótano- al parecer no le gusto la idea pero simplemente asintió
La verdad es que no iba para allá quería revisar si madre tenía algo de Oria, la curiosidad me estaba carcomiendo hace un tiempo; llegué al cuarto de mis padres y empecé a buscar, efectivamente encontré una foto de ella junto a mi mamá, sonreían y viéndolas detenidamente si se parecían… también había una cajita debajo de la cama, está tenía su nombre y adentro habían mas fotos, una pulsera, ecos y una prueba de embarazo; me da tristeza mi madre ya que cuando recién recuperaba a su hija, la perdió…eso ha de doler
Cuando ya me disponía a salir del cuarto después de haber guardado todo me llevé un tremendo susto cuando vi a mi esposo parado en el marco de la puerta luciendo enojado
-¿Qué hacías revisando las cosas que Sol tiene de ella?- me sentí como una niñita que había roto un jarrón y lo había tratado de esconder
-Solo quería ver, tenía curiosidad- respondí débilmente
-Déjala en paz, no tienes porque andar haciendo eso, ahora salgamos de aquí- asentí y salí trotando hasta la cocina a tomar agua para luego sentarme en un banco a leer algo
-Yeri, tienes que dejarla ir- me dijo Illel al sentarse a mi lado; yo dejé la revista y algo irónica solté
-Me lo dice él que basta mencionarla para atolondrarlo- esto lo enfureció
-No sabes lo que dices…¡ya no se como darte a entender que la amaba y obviamente no es fácil para mí pero por los menos no ando paranoico como tú!
-¡No soy paranoica!- le grité dándole un golpe al mesón
-¡Entonces como le digo al hecho de que una persona muerta y la cual no te caía bien te afecte tanto y no la dejes en paz!
-¡Te recuerdo que el día que murió me enteré que era mi media hermana, imbécil!- este se levanto bruscamente y acomodó la silla de igual manera para luego decirme:
-Y te recuerdo que también me enteré de muchas cosas ese día y a pesar de eso sigo aquí y trato de vivir sin el fantasma de ella, algo muy diferente a ti- luego se fue a la sala dejándome con lágrimas en mis mejillas pues era cierto lo que dijo, asi que esa fue mi primera misión personal: sacar a Oria de mi presente
Minutos después fui con él a preguntarle algo que tampoco me dejaba en paz
-¿Si ella no hubiera muerto te habrías casado conmigo?

Amor traumático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora