70: El odio consume

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Advertencia de contenido: A pesar de estar claro en la sinopsis, he resuelto hacerlo también en los capítulos específicos que toquen temas sensibles. Como es en esta ocasión.
Este capítulo contiene escenas de violencia física y/o verbal que pueden resultar incómodas, se recomienda discreción y dejó en claro que los actos de mis personajes no reflejan mi personalidad ni se debe tomar como ejemplo para la vida real.
Muchas gracias, continue su lectura💖

Ya eran las seis de la tarde así que estaba cerrado, en consecuencia me escabullí por un hueco de la reja, caminé hasta donde había un hueco, agarré la urna, la abrí, examiné su contenido que para mi solo eran cenizas y ni siquiera eso tal vez, solo polvo acumulado, igual que basura recogida del piso.
Evidentemente tenía suficiente coraje acumulado por lo que no me fue difícil vaciar su contenido allí, en el lodo, poco a poco se entremezcló hasta perderse, estrellé el recipiente contra un montón de fierros mientras respiraba agitada.

La furia, tristeza y miedo me consumían, en consecuencia seguía estrellando los pedazos que quedaban de la urna y mezclaba con eso el lodo, no quería ver una sola partícula de lo que alguna vez fue la existencia de Oria, mezclé y mezclé hasta que mis manos estaban sucias y mis brazos ya salpicados, me temblaban de la presión ejercida por lo que caí al piso agotada, me fije a mi alrededor y ya estaba todo oscuro, solo me iluminaban unas cuantas estrellas y débiles focos en las rejas.

Decidí entonces que era hora de irme, limpié lo que pude en mis pantalones y buzo, caminé hasta por donde salí pero no hallaba mi moto, no veía bien, no podía usar mi celular porque se había descargado así que caminé a ciegas por unos minutos hasta hallarla, me subí y arranqué.

Una calle antes del edificio de mi apartamento vi como el auto de Illel, estaba parqueado, dude en ir varios minutos pero no podía llegar la casa de mis padres así, el apartamento de Illel tampoco era opción pues había dejado las llaves dentro, millón posibilidades de lo que pasaría recorrían mi cerebro, en un sentido literal pareciera el Doctor Strange, cuando revisó los millones de futuros para la batalla final; en mi película yo no creía tener posibilidades de ganar.

Como ya tenía frío, ganas de bañarme, hambre y un espantoso sueño, decidí entrar; fingiendo no haberlo visto entré al edificio cabizbaja, llegue hasta mi puerta y cuando quise cantar victoria su voz y aroma me interrumpió

-Más vale que tengas una buena explicación para todo el desastre de hoy- sentenció evidentemente molesto, giré lentamente hacia él

-¿Apareces y desapareces cuando quieres y crees que tienes derecho a pedirme explicaciones a mi? Mejor vete- reproché girando nuevamente, abrí la puerta y como supuse iba a pasar, entró sin invitación cerrándola de un golpe pero fingiendo que no me importaba caminé hasta mi cuarto y empecé a sacar ropa para irme a bañar, él se detuvo en el marco y de reojo pude ver como me observaba tal cual viera algo en otro idioma

-O me las das a mi solo o me las das con la policía- decretó, palidecí deteniendo mi acción

-¿De qué mierda hablas?

-Haz hecho dos shows en el hospital y tu obra cumbre la hiciste hoy llevándote la urna de Oria- respondió hostil pero a mi solo se me quedó la última parte, lo había dicho sin sorpresa…

-¿Lo sabías?- cuestioné severa, su gesto se arrugó ante la pregunta

-¿Saber qué? ¿Lo del hospital? Solo la primera vez que creí que no había sido tan grave pero…

-Eso no- interrumpí- ¿Sabías de la urna?- su mirada reflejo cierta duda que fue sustituida por seriedad en cuestión de segundos

-Me enteré hace unos días…- eso detonó la bomba que había estado acumulando pólvora en mi durante el día

Amor traumático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora