45: Demasiado en un día

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A la mañana siguiente desperté escuchando las risas de una niña, tarde varios segundos en reconocer que era mi sobrina.

Salí rápido de la cama, me lavé la cara, dientes y fui a la sala, allí se encontraba con sus padres

-Buenos días corazón- la salude, ella al apenas escucharme se abalanzó a mi tan rápido que me hizo tambalear

-Buenos días también cuñada- saludo Pili, Robert me dedico una sonrisa

-Lo siento, la emoción de tener a July me sobrepasó, buenos días- termine diciendo con una sonrisa culposa, ellos negaron entre risas

-Ya decía que habías tardado en levantar- apareció diciendo Illel desde la cocina mientras traía paletas de helado para cada uno, se las dio a todos y cuando tocaba la mía se quedó pensando

-¿Qué pasa?- pregunté esperando mi paleta mientras mi sobrina ya le pegaba un mordisco a la suya sentada en mis piernas

-No vas a desayunar helado, mejor te traigo otra cosa- objetó, a lo que yo negué

-Gracias amor pero quiero la paleta, no me hará daño

-Es cierto, papi me a dado de desayunar paletas a veces- comentó July de lo más normal, yo me aguante la risa hasta que mi esposo no contuvo la suya, Robert tosía y Pili ya empezaba a reclamarle

-¿Es en serio? Vas a hacer que le de diabetes infantil a nuestra hija- y ¡pum! Un carteraso

-Pero mami, es rico, papi dice que refresca las mañanas- señaló mi sobrina, a lo que Robert le hizo una señal para que ya no dijera nada

-Corazón, mejor ya no ayudes a papi- le aconseje entre risas

-Y por fin se comprobó que Robert no es el padre perfecto- comentó Illel, está vez fui yo la que hizo una señal para que se calle y aproveché para agarrar mi paleta de su mano, la abrí y comencé a comerla

-En mi defensa, era que desayune una paleta o que vaya con el estómago vacío a la escuela- indico mi cuñado que ya no sabía como zafarse de la situación y no sabe que solo se hundió más

-Para eso los dejo despiertos temprano- reclamó Pili, que sostenía su cabeza con una de sus manos lamentándose

-Pero es que a veces nos volvemos a dormir- admitió en un hilo de voz Robert, a esto July asintió concentrada en su dulce, Illel y yo ya nos dolía el estómago de la risa

-De aquí en adelante cambiaremos eso- anunció mi cuñada firme pero más calmada para luego darnos una mirada que nos hizo callar

-Bueno ya mejor vayan a su viaje antes de que mi sobrina revele algo más- sugirió Illel divertido

-Lo mejor que has dicho hoy- coincidió Robert mientras recogía nuestros palos ya vacíos para botarlos 

-Cariño, hazle caso a tus tíos, recuerda que te queremos mucho- empezaba a despedirse Pili mientras tomaba a July de mis piernas para abrazarla y darle besos, Robert se les unió y la ternura junto con el amor que reflejaban era hermoso y a la vez triste para mí, pensaba si algún día tendría algo así, por inercia mire a Illel que también cruzaba su vista de ellos a mí, supe que tenía la misma duda.

El momento que para mi fueron horas pero en realidad solo pasaron segundos fue interrumpido por Pili que bajó a su hija para despedirse de nosotros

-Yeri, cuídate mucho y no dejes de avisarme cualquier novedad

-Si Pili, tu tranquila y concéntrese en disfrutar

-Yo más bien les recomiendo que se cuiden de July- recomendaba Robert en tono bromista

Amor traumático Donde viven las historias. Descúbrelo ahora