CAPÍTULO CINCO

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La mañana siguiente y hasta finalizar las clases, Luka y Adrien no se dirigieron palabra alguna durante el horario escolar, pero en la noche, ambos se reunían en esa tienda de souvenirs donde además de compartir asesorías, comenzaban a llevarse mejor.

Ya podían hablar de cualquier otro tema que no fuera académico, y esa fue su rutina por los siguientes cuatro días, hasta que llegó el fin de semana.

No habían hablado de si se verían el fin de semana, y esa idea llevaba dando vueltas por la cabeza del rubio desde hace algunos minutos.

−¿Dónde dijiste que compraste esto?

Luka levantó la bolsa de papas fritas que Adrien había comprado.

−En el supermercado cerca del instituto −respondió él.

−Están deliciosas, procura traer más para la próxima −le ordenó más que pedírselo, sin embargo Adrien ya se había acostumbrado al temperamento de su compañero y no le molestaba.

−¿Cuándo será la próxima? −preguntó finalmente Adrien.

−Maña... oh −Luka recordó que ya era fin de semana −No puedo los fines de semana, trabajo en las mañanas y más tarde una presentación.

−¿Una presentación? −indaga el rubio, mirando a Luka con interés.

−Sí, será en un bar, no es nada extravagante pero nos pagaran bien.

−¿Puedo ir?

Adrien se había armado de valor para hacer esa pregunta, aunque la verdad lo único que quería era una razón para no quedarse solo en casa. Su padre se había ido de la ciudad ayer y no regresaría hasta el martes.

Y sería una mentira decir que él no se había acostumbrado a salir en la noche para tutorar a Luka.

Desde que empezó a asesorar, cada vez se sentía menos solo, y tampoco había tenido algún ataque.

−¿Porque querrías ir? −preguntó en respuesta el peliazul, entrecerrando los ojos en dirección al rubio.

Sé le hacía extraño que él demostrara interés por algo más que no fueran los estudios, ya que aunque empezaban a llevarse mejor, sus pláticas no pasaban de cosas que solían hacer.

−Quiero probar algo diferente −Adrien se encogió de hombros, escondiendo la verdadera razón.

−La verdad no creo que sea un buen lugar para ti.

−¿Por qué no? −el rubio frunció el ceño,mostrando su desconcierto.

−Por qué no pasas desapercibido usando siempre ropa de diseñador −puntualizó Luka, rodando los ojos mientras seguía comiendo. −Siempre vistes como un niño mimado ¿no te lo he dicho?

−No −murmuró Adrien.

−Bueno, te lo digo ahora −era claro que Luka no dejaría pasar la oportunidad de molestarlo, aunque ya era más rutina que verdaderas intenciones de hacerle pasar un mal rato. −Por cierto, olvidaste algo hace unos días y había olvidado devolvértelo.

Luka sacó de su bolsillo el frasco de pastillas que Adrien había olvidado cuando se le cayó la mochila.

Cuando lo dejó sobre el mostrador, un silencio tenso se instaló entre ambos, y mientras Luka no sabía que decir al respecto, Adrien estaba completamente pálido, su mano temblando levemente cuando ascendió hasta el mostrador y tomó dicho frasco.

−Oye, yo no soy quien para juzgarte, entiendo que todos alguna vez tenemos problemas para dormir y...

−Tu no entiendes nada −interrumpió Adrien, con la vista baja y las manos en puños.

OPUESTOS//FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora