CAPÍTULO VEINTIOCHO:

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—Te ves hermosa Marinette.

La chica no pudo evitar sonrojarse por el cumplido del rubio, y aunque en otras ocasiones hubiera intentado devolver el cumplido y seguramente habría comenzado a tartamudear, atropellarse con sus propias palabras y decir incoherencias, en ese momento solo bajó la vista a sus zapatos.

—Gracias —le respondió simplemente, más incómoda que halagada.

—Y... ¿qué película quieres ver?

Le preguntó en cuanto comenzaron a avanzar por la acera, alejándose de la residencia de la chica.

—Sinceramente, ninguna.

—¿Cómo?

—Tengo que ser sincera contigo —admitió, deteniendo su andar pero sin levantar la mirada del suelo. —Mi plan inicial era conversar contigo, pero Alya escuchó y dijo que era mejor ir al cine, ella sabe que tu... bueno... me...

—Te gusto —Adrien terminó la frase por ella, a lo que la chica asintió con la cabeza, aun con las mejillas rojas. —¿Eso era de lo que querías conversar?

—No realmente, yo... —Marinette titubeaba, guardó silencio un par de segundos antes de levantar la mirada y encarar a Adrien. —¿Te gusta Luka?

—¿Qué?

El rostro de Adrien palideció a la vez que miraba a su alrededor, comprobando que su conversación estaba siendo privada gracias a que solo pocas personas pasaban por esa calle.

—En la fiesta de Lizzie parecían muy cercanos, además de que conozco a mi mejor amigo y sé cuando le gusta alguien, y cómo parece que tú tampoco le eres indiferente, supuse que quizá estaban saliendo.

Adrien no sabía que decir, abría la boca pero ninguna palabra salía de ésta, por lo que volvió a cerrarla.

—Yo... yo no...—

—Está bien Adrien, Luka es una buena persona y entiendo si te gusta, no puedo negar que me sorprende y te agradeceria que no le dijeras nada a Luka sobre esta conversación, no he hablado con él sobre esto y—

—No me gusta Luka —la interrumpió el rubio, diciendo todo de forma rápida y sin rodeos.

—¿No?

—Solo somos amigos, además él sabe que me gusta otra persona.

Sí, Adrien había entrado en pánico, porque aunque Marinette fuera su amiga, no sabía si podía confiar del todo en ella, y menos cuando su mejor amiga era conocida por esparcir rumores por toda la escuela.

Una cosa era que solo tres personas supieran que a él le gustaba un chico, y muy diferente era que toda la escuela lo supiera.

Y si sus compañeros lo sabían, solo era cuestión de tiempo para que su padre lo supiera.

No podía arriesgarse a eso.

—¿Te gusta otra persona?

El desánimo de la chica fue bastante obvio.

—Lo siento Marinette, nunca quise lastimarte.

—No te preocupes por mí Adrien, si somos honestos, nunca hice algún intento por que yo te gustara —respondió la chica, y aunque Adrien estaba sorprendido por sus palabras, ella solo quería regresar a su habitación y llorar amargamente.

El rubio quiso consolarla, considero retirar sus palabras pero eso solo la haría dudar o creer que él estaba mintiendo, por eso solo se limito a observar cómo ella mordía sus labios y desviaba la mirada constantemente.

—¿Puedo preguntarte algo?

—Desde luego.

—¿Quién es la persona que te gusta?

Esa pregunta no la esperaba en lo absoluto, ni un nombre llegaba a su cabeza que no fuera el del chico de mechones azules y ojos del mismo color.

Y cuando ella le dijo que no tenía que responder si no quería, él dijo el primer nombre que vino a su cabeza en ese momento.

[...]

—Buenas noches —Luka dijo en cuanto los padres de su mejor amiga abrieron la puerta de su residencia. —Me habló Alya y me pidió que viniera, ¿cómo está Marinette?

—Está en su habitación, puedes subir —le indicó la madre de la chica.

—Gracias.

Luka sin decir nada más subió las escaleras hasta la habitación de su mejor amiga, abriendo la puerta para poder entrar.

Y tal como pensaba, encontró a la chica sentada en su cama, llorando desconsoladamente mientras Alya sobaba su espalda.

Había salido con Adrien hace unas horas, y si estaba así de triste podía asumir que tenía relación con ello.

—¿Qué sucede? —Aun así Luka se atrevió a preguntar, sintiéndose terriblemente culpable.

—El idiota de Adrien la rechazo cuando ella se confesó, definitivamente no sabe valorar las buenas oportunidades teniendolas enfrente —respondió Alya, rodando los ojos mientras seguia consolando a su mejor amiga.

—Entonces por eso es el helado y las galletas que me pidieron —argumentó, dejando la comida sobre la cama.

—Alya, ¿podrías traer cucharas de la cocina por favor?

Le pidió la azabache con la voz rota.

—Claro —la morena se levantó de la cama para salir de la habitación.

—Y servilletas de papel —volvió a pedir ella antes de que su amiga saliera finalmente de su habitación.

—Oye, lamento que Adrien te haya rechazado —se animó a decir Luka, sentándose al otro extremo de la cama.

—No quiero que Alya escuche esto pero, creí que tu eras la persona que le gustaba a Adrien, por eso quería hablar con él esta tarde.

—¿Qué? ¿Le preguntaste si yo le gustaba?

Ella asintió con la cabeza, causando que un nudo se instalará en el estómago de Luka.

—¿Y qué te dijo?

—Que solo son amigos —esa respuesta lo alivió, aunque también le molestó por más que intentara disimularlo. —Si hubiera dicho que tu le gustabas creo que no me hubiera dolido tanto.

—¿Por qué?

—Porque eres una persona maravillosa Luka, pero a él le gusta una tal Kagami y ni siquiera sabe decirme el porque le gusta ella.

—¿Kagami?

—Ni siquiera sé si existe o solo lo dijo para que no me sintiera mal —argumentó ella. —Yo lo amaba Luka.

Ella volvió a llorar, a lo que Luka se acercó para darle un abrazo y consolarla.

Y aunque debía preocuparse en confortar a su amiga y darle su apoyo, una pregunta no dejaba de dar vueltas en su mente.

¿Quién diablos es Kagami?

Y mientras ambos se abrazaban, la morena escondida a un costado de la puerta, había escuchado parte de la conversación, pero al regresar a la habitación prefirió guardar silencio y fingir que no sabía nada.

Luka se quedó un rato más con ellas hasta que tuvo que regresar para su trabajo nocturno.

Y durante el camino, consideró hablar con Adrien sobre lo que había pasado con su mejor amiga.

Porque no le molestaba que Adrien decidiera mentir sobre su relación, podía entender que él aún no se sentía seguro para decirlo a todo el mundo y eso lo respetaba.

Aunque su parte egoísta estaba molesta, ya que mientras Adrien lo negaba, Luka debía conformarse con que lo negaran todo el tiempo.

OPUESTOS//FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora