Un ocho. Esa calificación lo tenía abatido.
Ya podía imaginarse los reclamos de su padre, y a su vez, sentía que sus compañeros de clase murmuraban a sus espaldas.
Aunque no fuera así.
Su última clase había llegado a su fin, él tardó más en reaccionar y comenzó a guardar sus cosas dentro de su mochila con algo de torpeza.
−Adrien, ¿puedes esperar un momento por favor?
Le preguntó su profesora de química. Él asintió en respuesta y se despidió de Nino, diciéndole que se verían después.
−¿En qué puedo servirle?
Preguntó el rubio cuando en el aula solo quedaron su profesora y él.
−Tal vez ya sabes que hoy Luka presentó un exámen.
−Sí −Adrien por alguna razón se sintió nervioso.
−En su examen le faltaron décimas para aprobar con siete, pero es evidente el esfuerzo de ambos y es por eso que le daré el siete cerrado, así que solo quería felicitarte, estás haciendo un buen trabajo con él.
Se lo habían dicho muchas veces, él ya estaba acostumbrado a que los profesores se lo repitieran. Sin embargo en esta ocasión se sintió diferente.
¿Orgullosos de su esfuerzo? Podría ser.
−Aun así −continuó la profesora. −Luka necesita más de sietes, por ello quería pedirte que sigan estudiando juntos.
−De acuerdo profesora.
−Oh, y también quería pedirte un favor, cuando veas a Luka entregarle su exámen y estos papeles, son las bases del proyecto que tiene que realizar y debe entregarme mínimo un avance para mañana.
Adrien podía cumplir con eso, y después de que la profesora le agradeciera, salió del aula.
[...]
La mansión Agreste estaba vacía, o eso era lo que pensaba Adrien, por ello sus intenciones eran llegar directamente a su habitación.
−Adrien.
La voz potente de su padre resonó a sus espaldas e hizo eco por el gran salón.
Adrien se sorprendió, pero al instante se dio la vuelta.
−¿Sí padre?
Mantuvo la vista baja algunos segundos, y cuando la enfocó en su progenitor se asombró aún más. Su padre estaba desaliñado, su camisa arrugada, el cabello enredado y en sus manos sostenía un vaso de licor.
−¿Puedes decirme porque demonios escondes dulces en el cajón de tu escritorio?
Su padre había revisado su habitación, algo que nunca había hecho.
−No... no son para mi, yo los...
−¡Después de todo el maldito esfuerzo que he hecho de mantenerte perfecto para la imagen de la empresa!
No lo dejó terminar. Adrien vió que se tambaleaba ligeramente y trago grueso al pensar que su padre estaba ebrio.
La última vez que bebió tanto fue meses después de la muerte de su esposa, y esa última vez Adrien pagó los platos rotos.
−Lo siento padre −se disculpó, con la esperanza de ser mandado a su habitación inmediatamente.
−Tu hermano tuvo una decaída. −Por la mente de Adrien cruzó la idea de que el enojo de su padre había pasado, que al mencionar a su hermano le comentará sobre su estado. −Y todo por tu culpa.
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OPUESTOS//FINALIZADA
FanficDos chicos estudian en la misma preparatoria. Ambos son completamente opuestos. Pero, ninguno de los dos había escuchado la frase popular de "los opuestos se atraen". Al menos no por ahora.