CAPÍTULO TREINTA Y TRES:

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—¿Estás bromeando, no? —la azabache no podía creer lo que su mejor amigo le decía, pero cuando se dio cuenta de que cada palabra era verdadera, cubrió su boca con ambas manos en asombro total antes de cruzar sus piernas sobre el sofá donde ambos estaban sentados. —Es increíble, digo, Gabriel Agreste no parece ser alguien que agrediera a su propio hijo.

—Pues lo hizo, Adrien llegó en la madrugada a mi casa, golpeado y devastado, nunca lo había visto así.

—No tenía idea de eso, además él no lo pone tan sencillo, todo el tiempo es amable en la escuela y nunca parece estar de mal humor, nadie sospecharía.

—He tenido que fingir por mucho tiempo, por eso no puedo dejar de preocuparme.

—Dijo que te llamaría si algo ocurría, yo creo que está bien.

—No confío en Gabriel, si ya se atrevió a ponerle una mano encima a su propio hijo, no sabemos de qué más puede ser capaz.

—No pienses negativo Lucas, mejor esperemos que él esté bien y que quizá haya tenido una linda y pacífica conversación con su padre.

—No lo sé Marinette, hay personas que no cambian ni volviendo a nacer.

—Bueno, esperemos que Gabriel no sea de esas personas, porque creo fielmente que Adrien merece un buen padre, ¿no te parece?

—Estoy totalmente de acuerdo —aseguró el peliazul, volviendo a encender la pantalla de su celular y descubriendo una vez más que no tenía aún algún mensaje del rubio.

—Sí miras tu celular tan fijamente pareces un acosador —acusó Marinette.

—Mira quien lo dice.

—Solo digo que ya le dejaste tres mensajes en menos de cinco minutos, bajale a tu intensidad amigo.

—¿Estoy siendo muy intenso?

Luka se preocupó un poco.

—Oye, relájate, sé que esta situación te tiene muy ansioso pero de nada ayuda estar viendo tu celular cada minuto que transcurre.

—Lo sé, es solo que cuando se trata de Adrien, no puedo dejar de preocuparme por él.

La chica hizo un sonido enternecedor, apretando la mejilla del peliazul.

—Eso es muy lindo.

—No, no lo es, a veces me preocupo tanto que no puedo dormir y la angustia me asfixia.

—Estás enamorado Lucas, y en el amor no todo es miel sobre hojuelas, habrá ocasiones en las que te sentirás fantástico, pero también habrá momentos en los que te empiezas a hacer preguntas y preocuparte por todo, y eso es porque quieres ser el mejor y lo mejor para él, eso es normal.

—Aún es extraño hablar de esto contigo.

Aunque Luka debía reconocer que las palabras de su amiga lo habían ayudado y mucho.

—Está bien Lucas, eres mi mejor amigo y siempre estaré para apoyarte.

La chica era sincera, eso fue algo de lo que el peliazul pudo percatarse.

—Lo decía porque das consejos de amor y nunca has tenido novio.

Ella dejó de sonreír, miró fulminantemente al chico y lo golpeó en el brazo repetidas veces.

—Olvidalo, no seré tu hombro para llorar.

Luka no pudo evitar reír.

—Solo bromeó, gracias por escucharme.

—Olvidaba lo cursi que eres cuando alguien te gusta.

—No soy cursi.

—¿No?

OPUESTOS//FINALIZADA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora