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Yeonjun era delgado pero musculoso. ¿Quién pensaría que su hombro podría funcionar como la almohada más cómoda del mundo?

En algún punto dejamos de concentrarnos en la película de acción que se reproducía frente a nosotros en la televisión.

Incluso si esto de acurrucarme con alguien, fuera nuevo para mí, no dejaba de sentirse perfecto; el peso de sus dedos acariciando dulcemente mi cintura no dejaba de sentirse perfecto.

Nuestras piernas estaban entrelazadas de la forma más inocente posible, nuestros cuerpos exhaustos de las tareas universitarias, despojándose del estrés, juntos.

Choi Yeonjun era un peligro para mi cordura.

La comparación del antes y el después en lo que respecta esa afirmación, es para reírse hasta morir.

Al inicio de todo, apenas vi al chico, quería asesinarlo.

¿Ahora cómo le explicaba al Soobin del pasado que apropiarme de sus labios era mi única ración de oxitocina diaria?

Tuve que levantar la cabeza para recibir abiertamente sus labios que me buscaron a tientas en la oscuridad de la noche.

Vaya... Como me gustaba estar con él.

Me gustaba que hiciera eso, que tomara la iniciativa y que fuera dulce al hacerlo. Nuestros labios danzaron juntos con parsimonia, mi corazón se aceleraba con tan solo tenerlo cerca, mi mano acariciaba su pecho, y con la yema de mis ansiosos dedos, a veces podía sentir el efecto que yo causaba en él, su pulso acelerado.

Del medio abrazo protector en el que me tenía envuelto, apretó mi cintura un poco más antes de separar nuestros labios. Acomodé mi cabeza en su hombro de nuevo, más cómodo que nunca.

Yeonjun al parecer quería seguir viendo la película, pero yo ya tenía la mente en otro lado.

——Esto es todavía tan raro, debería sentirse así.

Yeonjun volvió a mirarme.

——¿Qué cosa es raro?

Y encima lo preguntaba.

Jamás habíamos tenido una charla seria y real sobre todos los cambios que había atravesado nuestra relación. Tal vez era hora.

Con cuidado, me levanté quedando sentado de piernas cruzadas, mirándolo con atención. Al parecer él entendió, por lo que hizo lo mismo antes de tomar el control remoto y pausar la película con un suspiro.

——¿Qué es raro? ——preguntó con curiosidad.

——Esto ——Nos señalé ——. Yo... No me explico cómo funcionamos tan bien.

——Bonito, han sido ya dos semanas. ¿Recién te lo planteas?

No, pero quería compartir mis pensamientos con él. ¿Para qué es una relación sino?

——Es solo que de verdad me impresiona como ha cambiado todo. Quiero decir, tan solo han sido cinco meses desde que te conocí.

——Suficiente para saber que me gustas y que quiero que las tardes como hoy se repitan por un buen tiempo, diría yo.

Todavía estábamos en la transición de friendemies (amigo-enemigos) a realmente algo más, por lo que no dejaba de ser raro incluso si me sentía tan cómodo con él de esa forma. Me limité a sonreírle.

Quizás me podría gustar un poquito mucho, pero jamás lo dejaría ganar.

——Sigo viendo en ti al principito mimado, falso e irritante.

Yeonjun se burló de mí con su sonrisa.

——Pero ahora hay una diferencia, bonito ——se acercó a susurrarme ——. Este principito ahora es tuyo.

Lo que sentí en ese momento, en la oscuridad y el silencio... Yah, realmente bajó todas mis defensas. Pero obviamente yo no iba a evidenciar eso.

Lo miré con toda la aprensión que mi castigado y acelerado corazón permitió, y le dije:

——Me sigues pareciendo la persona más irritante del mundo.

Yeonjun no tenía que sonreír como si fuera un chiste. Ah, como lo odiaba.

——Oh, ¿es así?

Estúpido bonito burlón.

——Sí... Quiero decir... No... Bueno, ya no me molesta como antes.

Ni siquiera podía devolverle la mirada a veces. Me ponía nervioso como cuando tenía exámenes de matemática en el colegio, igual de estúpido.

——Ahora te gusta, lo sé cariño, soy un tipo irresistible ——se burló.

No quería darle la razón por más que la tuviera.

——Yo en verdad quería ahorcarte antes.

Algo cambió en su sonrisa, sin embargo, la burla no desapareció, era algo más.

Tomó mi mano y la puso en su cuello. Entonces me sonrió ladino.

——Aún puedes.

Ah, idiota.

Cualquier batalla, siempre la ganó Yeonjun. Todas y cada una de ellas.

Lo tacleé porque pues... A falta de palabras, jamás está de sobra la violencia. O algo así era.

Su cuerpo cayó a la cama con el mío encima. Inevitablemente empezamos a reír por nuestra tierna ridiculez.

Créanme, no hay nada mejor que esa sensación; cuando las risas están cesando, el poder conectar miradas y sentir que viajas a otro universo...

Sus ojos eran tan adictivos de ver...

El silencio nos cubrió de nuevo, pero no había lugar para los vacíos; la sensación de mi cuerpo ligeramente sobre el suyo tocaba en el fondo de mi cerebro una bonita melodía.

Sus ojos... Esos ojos tan expresivos y brillantes, llenos de vida.

Yeonjun siempre tuvo una fijación por mi cuello, así que acarició, perdiendo sus fríos y largos dedos en los cabellos de mi nuca.

——Soobin ——llamó mirándome como si fuera el único ——, en verdad me gustas... mucho ——me confesó ligeramente sonrojado apenas iluminado por el televisor. Tan bonito...

Era mi consuelo saber que en ese torturador, pero tan plácido castigo, yo no era el único.

A mi pesar, le respondí con el corazón en la boca:

——Triste para mí que tú a mí... también.

Apestaba admitirlo, pero sí. Me enamoré de un idiota.

Rió entornando los ojos y me besó de nuevo, yo me dejé llevar feliz de haber sido el perdedor.

Nunca me había sentido tan feliz.

Tan solo era el inicio.

Ojalá no hubiera permitido que mis sentimientos escalaran a algo tan colosal.








YUANFEN [Yeonbin/Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora