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Yeonjun estaba sentado en el asiento de copiloto.

No podía creer que estaba viéndolo de nuevo, no lo creía posible. Fue una reseteada para mi sistema tenerlo ahí de nuevo, mi corazón se detuvo. La forma en la que Yeonjun me hacía sentir, el cómo controlaba mi cuerpo y mente... Es indescriptible. Si él quería que estuviera triste, lo estaría, si él quería que fuera feliz, dependía de él. Puede que suene enfermo y estoy muy consciente de que nuestra relación no tuvo los mejores inicios y tampoco el mejor desenlace, pero siempre estuvo presente en mí, ahí conmigo y en la forma en la que vivía la vida, que Choi Yeonjun iba a ser mi pequeño mundo colorido dentro de uno gris, uno más grande y sin color.

Choi Yeonjun siempre sería mi salvación y castigo.

Amar de esa forma no estaba en mis planes, reducirme a nada sin amor tampoco, no obstante, siempre volvemos a donde fuimos felices, ignorando la premonición del caos, del fin.

Mirando su expresión seria, olvidé todo mi enfado, olvidé mis maldiciones y mis amenazas, de inmediato supe que lo quería todo con Yeonjun.

¿Que me había usado? Sí. ¿Me había mentido? Sí ¿Pero lo amaba? La respuesta de eso era más que un simple monosílabo.

Su nombre salió de mi boca como si hubiera estado esperando la vida entera para pronunciarlo. Desde que se fue, quise forzarme a olvidarme de su importancia y significado, pero bueno, creo que la locación y el estado en el que me encontraba revelaba el chasco de mis planes.

Sus ojos no brillaban como siempre, sin embargo, su cara se veía relativamente igual exceptuando aquella expresión sosegada, pequeños rizos cubrían su frente. No sabía si era mi percepción por la falta de días juntos o no, pero me pareció verle el cabello más crecido.

Me sentí tan nervioso como un niño durante su primer día clases, como un enamorado adolescente en su primera cita, como un amor perdido en su reencuentro... Sentía que el corazón estaba intentado escalar por mi garganta, así de mal me tenía ese chico.

Ya no me sentía alcoholizado, pero parecía ser que la necesidad era más grande en mí justo por ese hecho. Lo había extrañado tanto... Era insulso negarlo.

Entonces lo abracé con desesperación. Me tiré encima de su pequeño cuerpo casi subiéndome al asiento del copiloto.

Volver a tocar su piel... Su peculiar olor a limpio...

——Yo te extrañé tanto ——le confesé en un lloriqueo, pero sabía que él tenía noción, confiaba en que me había visto sufrir por él. ¿Lo disfrutaba?

Eso era lo que me preguntaba. ¿Qué hacía de vuelta en mi mente? ¿Habría llegado por compasión a la mente del chico que enamoró perdidamente? ¿Quería despedirse como era debido, disculparse? ¿O tal vez fueron mis súplicas de necesidad lo que lo orillaron a hacerlo?

Choi Soobin siempre fue un chico orgulloso, pero como bien dicen y pudieron notar, eso cambia, y puede bastar un segundo para que el mundo de alguien esté de cabeza. Como el mío.

Yeonjun no me abrazó de vuelta de inmediato, cuando no lo hizo sentí a mi corazón agrietarse un poco más.

Segundos después con inseguridad sostuvo mi espalda y acarició lentamente.

La radio nunca dejó de sonar. Me preguntaba si ahora era una recreación de la realidad.

——No deberías estar aquí ——susurró él.

¿Aquí donde, contigo? ¿En este maldito barranco que me llamaba cuando pensaba en tu ausencia?

No pude preguntar, estaba demasiado embriagado con su esencia.

YUANFEN [Yeonbin/Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora