Donde es el año 1666, y Tess Miller es transferida con su familia a un nuevo y pequeño pueblo, para quedarse con una de sus primas, por un tiempo no determinado.
Lo que Tess no esperaba era el amor que formaría por un chica pelirroja de su misma eda...
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Hannah tenía una fuerza increíble en los brazos, un poco más y prácticamente me llevaba arrastrando por todo el pueblo.
Mientras yo reía para aguantar el dolor que la rubia ponía sobre mis brazos.
—¡Hannah despacio!—me quejé.
Ella me vió y sonrió.
Si, todavía me seguía arrastrando por todos lados.
—Mis amigos te caerán bien—expresó con emoción.
De la nada Hannah me soltó, dejando de tomar mi brazo.
Me sorprendió su acción, la miré y ví que está se acomodaba el cabello y la ropa.
No entendía el "por qué".
Y claro, hasta que miré a un grupo de chicos a cierta distancia de nosotros, ellos estaban reunidos, tal vez conversando o algo.
—¿Como me veo?—me preguntó Hannah nerviosa.
—Te ves bien—le hablé diciendo la verdad.
No entendía la razón por la que Hannah lucía tan nerviosa y preocupada por su forma de vestir y demás.
Su inseguridad me fue contagiada, tanto que también me acomodé el cabello y sacudí el vestido.
—Listo. Ahora ven.
Amablemente, Hannah ahora me tomó suavemente del brazo.
Tan delicada y brusca a la vez.
Más pasos soltabamos y más nos acercabamos a ellos.
—Hannah—la saludó una chica pelinegra muy sonriente.
Todos estos chicos pusieron sus ojos en mí.
Hannah lo notó y sonrió despistada.
—Chicos. ¿recuerdan que les hablé de mi prima?—ellos asistieron con la cabeza al mismo tiempo—Bueno, resulta que llegó más rápido de lo que esperábamos—sonreí inconscientemente—Ella es mi prima. Tessie Miller.
Todos esos chicos sonrieron amablemente. Ocasionando un color carmesí en mis mejillas.
—Es muy linda—comentó un chico rubio, con su ropa algo sucia.
Otra chica pelirroja lo golpeó en el pecho por lo que había dicho el rubio.
—Hannah a hablado mucho sobre ti. Soy Abigail Berman—aquella pelirroja me extendió la mano.
Antes de poder alcanzar la mano de la chica. Otra muchacha más se manifestó.
—Me llamo Lizzie—una hermosa chica pelinegra me sonrió—Y Abigail tiene razón, Hannah no ha dejado de hablar sobre ti.
