11. -Contigo-

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Tess Miller :

Llegué a casa luego de ese escenario tan emotivo para mí.

Sabía que me dolía, que sentía cosas por Constance y que me sentía tan culpable por ello.

Entré en mi habitación sin saludar a nadie de mi familia, cerré la puerta con furia y al notar mi acción rompí en llanto sobre mi cama.

¿Por qué no le dijiste que tú también estarías dispuesta a morir junto a ella?.

Mis lágrimas sobremojaron las sábanas, y una gran parte de mi vestido.

Sollozaba muy bajito para que nadie ma escuchara, para evitar darles explicaciones, y que digan que me hace falta un "marido" lo más pronto posible.

Por cada lágrima más sentía mis ojos hincharse con mayor gravedad, el sentimiento de culpa no se había ido, pero mis lágrimas se estaban acabando.

—¡Tess ven a cenar!—gritó mi madre desde el comedor—¡Niña. Tienes que ayudarme a poner la mesa!.

Carajo.

Ahora cuando saldré todos sabrán que lloré, y me pedirán explicaciones.

—¡Tess!—volvió a gritar mi madre.

Me levanté de la esquina de la cama donde estaba sentada, me dirigí al pequeño espejo para ver mi rostro ser reflejado por la luz de la luna.

Con la nariz y los ojos rojos, el cabello desordenado, y mis labios todos rotos de las tantas veces que los mordí por nervios.

A través de mis ojos veía reflejada a Constance, el daño y dolor que le causé con mis palabras, si yo estaba llorando no quería imaginar cómo estaba ella.

—¡Tess Miller, es para ahora!—reprochó mi madre otra vez.

Entonces me arreglé el cabello rápidamente, también lave mi rostro, mis ojos aún seguían levemente inflamados, eso no iba a poder cambiarlo.

Salí de la habitación con la cabeza y mirada hacia abajo, entré en la cocina para ayudar a mi madre con la cena.

—Por fin te dignas a salir. Encárgate de la mesa.

—Claro madre.

Limpié y arreglé dicho objeto, coloqué algunos platos y cubiertos, cambié de posición las sillas y regresé otra vez a la cocina para traer la comida.

—¿La cena ya está lista?—escuché a mi padre llegar junto a mis hermanos—Estamos hambrientos.

—Ya está lista. Siéntense. Ahora les sirvo.

Mi padre y hermanos rápidamente se colocaron alrededor de la mesa, hasta el momento mi madre no se había tomado la molestia de verme a la cara, pero mis hermanos y padre si lo harían.

—Este es de tu padre. Y este de Álvaro, y el último es para el pequeño.

Asentí ante sus indicaciones sencillas.

—¿Qué tienes?—me preguntó con seriedad—¿Por qué bajas la cabeza?.

—No es nada madre, solo estoy cansada, eso es todo.

Salí de la cocina con dirección al comedor y servirles a los ya ubicados en la mesa.

Le pase su plato a mi hermano menor, luego al mayor y por último a mi padre sin decir nada y evitando sus miradas.

—¿Que te pasa?—mi padre jaloneo mi brazo antes de que intente escapar—Mírame—ordenó.

Me negué hacerlo, seguí con la mirada en otro lado, mientras madre y mis hermanos esperaban atentos.

—¡Mírame!—gritó fuertemente haciendo saltar a él más pequeño de mis hermanos.

Con más fuerza, me jaloneo otra vez y me tuvo frente a frente, viendo lo que tanto ocultaba.

—¿Llorando?—dijo con una voz rasposa—¿Por qué o que?.

—Ya sabes cómo es papá, las mujeres son débiles y lloran por todo, tal vez un bicho le picó y llora por el dolor—Álvaro soltó una risa pesada.

Yo no soltaba ninguna palabra, solo veía a mi padre, quién esperaba una respuesta.

—¿Qué es lo que tiene, mujer?—se dirigió a madre con firmeza—¿Por qué lloraba?.

Mi madre me vió confundida, ella tampoco sabía nada, pero debía encontrar una explicación rápida o mi padre y ella tendría problemas.

—Estaba ayudándome toda la tarde, y creo que estaba hablando con Constance Berman, tal vez estuvieron jugando o haciendo alguna perdida de tiempo y solo está cansada—supuso mi madre con mucho esfuerzo en no sonar nerviosa o dudosa.

—¿Constance Berman?—repitió Álvaro—¿La pelirroja bonita, hermana de Abigail Berman?.

Mi madre asintió con la cabeza.

—¿Y tú porque pasas tanto tiempo con ella?—preguntó mi padre—Desde que llegamos te veo junto a ella, parece que son muy cercanas.

Mis nervios aumentaron en un mil porciento, no sabía que decir.

—Tranquilo papá, son chicas, ¿qué pueden hacer?—dijo Álvaro otra vez—Además me conviene que Tess sea amiga de Constance.

—¿Por qué lo dices?—todos giramos para ver al muchacho—¿Te interesa Abigail Berman?.

Por Dios.

Mierda.

Jodido Álvaro, dime qué no lo harás. Dime qué no es lo que estoy pensando.

—No es ella quien me interesa—respondió el desgraciado—La que me interesa es Constance.

Clavé mi mirada en él como cuchillos, con ganas de correr y golpearlo hasta matarlo.

Quería a Constance.

MI CONSTANCE.

—Ya tengo edad, dinero y un futuro para darle a Constance—sonrió como idiota—Solo tengo que ver una casa y hablar con sus padres para cansarme con ella.

"Casarme con ella".

Eso sonaba tan asqueroso para mí.

—No—solté mi primera palabra durante toda la noche—No puedes casarte con ella.

Todos me veían extrañados.

—¡¿Dé qué estás hablando?!—rió mi padre, sonriendo—¡Es un excelente idea!.

—¡Es cierto!—madre también manifestó su alegría—Es una muchacha muy linda, y será una excelente madre y esposa.

Mi corazón empezó a latir desesperado, mientras mi cabeza se tomó la tarea de imaginar a Álvaro casado con Constance.

No podía permitir eso.

Constance no tiene que estar con Álvaro, ella no tienes que casarse con ningún hombre que le ofrezca dinero a sus padres a cambio de ella.

Ella tiene que estar conmigo.

Tengo que hablar con ella, y pedirle disculpas.

Hi!!

Bueno, soy yo otra vez.

Equis, en fin, quería hacerles una pregunta porque ya estoy pensando en el final de esta historia, y quería preguntarles qué tipo de final quieren para esta historia, un "final triste" o un "final feliz".

Ya tengo ambos finales, solo dígame qué final quieren .

Gracias por su atención.

Lessa_✨


Sin Tu Amor - Constance Berman y Tú (Fear Street 1666).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora