RELATOS desde la OSCURIDAD [Completa]

31. Ambulancias pt. 3

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¿En qué momento se convirtió en un vicio saber quiénes eran "ellos"?
 En el momento en que Ryan me dio esperanza de continuar con esto.

Ya los tenía fichados e iba a echarles la policía. Por meses traté de entender qué hacían y de hecho, lo reporte al jefe de camilleros pero restó importancia y me acusó de llamar la atención para que subieran mi sueldo. Incluso llegué a pensar que tenían algún tipo de control sobre las personas.

Me contó esto aun estando en el cuarto de aseo para no ser vistos.

—Te pago, solo ayúdame—le rogué

—Me gusta tu entusiasmo pero ¿podría saber tu nombre primero?

—Juls, soy Juls.

—Ryan—tomó mi mano y con la otra mantenía la planilla en su pecho.

—¿Me ayudaras?

—¿Avisaste a la policía?

—¿Por qué respondes preguntas con preguntas? y no, no avise a la policía.

—Deberías—corto su propia palabra y se corrigió—Deberíamos, creo que es trafico de órganos, recuerdo el hedor que de ellos salía y como nadie se dio cuenta.

—Lo creí en algún momento pero—rasque mi cabeza en la parte de atrás—Creo que es de drogas.

—que turbio— Ryan pensó un momento—pero ¿Cómo explicas entonces la sangre que viste?

—pequeño detalle—me reí sin gracia—¿Trafican partes amputadas? No, no creo que sea eso.

Comencé a caminar en círculos, dejando mi aroma entre los traperos, escobas, delantales y baldes recostados en la pared. Ryan me miraba esperando otra explicación.

—¿Y si solo son transfusiones de sangre y me hice un drama en la cabeza?—Pare de dar vueltas y a Ryan una idea lo azotó, se le vio en el rostro.

—Vampiros—soltó sin titubear.

—¿Qué? nah, es lo menos probable.

Quedamos con Ryan en encontrarnos fuera del hospital Sagola en el parque de enfrente. Según él sería fácil hablar con el Sr. Bleid, dueño del hospital, para comentarle todo este rollo y de paso quejarnos por cómo trabaja la gente zombie.

Divisé a Ryan salir del pasillo de las ambulancias, ahora no llevaba el uniforme de enfermero y reconozco que es bastante simpático con su cabello castaño claro hecho rulos y la chaqueta de cuero que lo abriga.

—Hola—levanté mi mano a la altura de mi cara.

Que no se note que me doy vergüenza.

Sonrió de lado para luego hablar enfocado:—Hablé con mi jefa, me dio los horarios del Sr. Bleid y vi que tenía un espacio libre a las 4:30 hasta las 5:00

Mire mi reloj:—Son las 4:30... vamos ya.

Ryan me siguió a paso apresurado puesto que salí corriendo a la izquierda, me reí de mi misma porque en realidad no sabia donde era, volví a Ryan.

—¿Dónde es?—Rasque mi cabeza en la parte de atrás..

Ryan negó con la cabeza y pedimos un taxi.

...

Había regresado a mi silla junto a Ryan en la sala de espera después de avisarle a la secretaría del Sr. Bleid que necesitábamos hablar con él enfatizando repetidamente que era urgente.