RELATOS desde la OSCURIDAD [Completa]

11. Obair Dé II

Pauline

5 meses después de la noche de la masacre

Me encuentro en mi oficina. Está lloviendo y las luces de los truenos se cuelan por la ventana.

Ya han pasado 5 o 4 meses desde que encontramos ese caos en el centro comercial de la calle Marú. Todos mis días se han reducido a luchar contra el sueño para ver si logro encontrar algo que nos sirva pero nada.

Nada.

Reviso las fotos que hay en el retablo, me parece que veo algo diferente pero es una ilusión, una ilusión de verlas tan seguido y tan detalladamente.

Me dejo caer en la silla de mi escritorio, agotada. Hundo mi cara dentro de mis brazos ya doblados y apoyados en el escritorio. Mi cabeza es un rompecabezas sin armar.

Necesitas un descanso. Dice mi subconsciente.

Respiro pesadamente, tal vez si me organizo de nuevo pueda encontrar algo que me sirva.

Me levanto rápido de la silla y corro al retablo que hay en la pared, despegó toda la información que hay allí. La leo rápidamente y la clasifico.

Después de varios minutos ya estoy pegando con chinches nuevamente las fotos, los recortes de periódico, los nombres, las pistas y todo lo que necesito en el retablo.

Tomo uno de los chinches para pegar la foto de uno de los cadáveres y sin darme cuenta pincho mi dedo anular, la sangre brotó de ahí lentamente. La misma sensación del día de la masacre llegó a mi boca.

Podría...

Chupé mi dedo saboreando la sangre de él, sabe metálica, es tan adictiva. Me perdí en su sabor cerrando los ojos y dejándome llevar.

—¿Por qué crees que el asesino mató a esas personas?— La voz de Chris hizo que mis ojos se abrieran y me girara para verlo.

—No lo sé, Chris. No entiendo la mente de un asesino— Le dije con simpleza volviendo a acomodar los recortes en el retablo.

—Obair Dé—las marcas de las personas en sus clavículas...— Obra de Dios en irlandés. ¿Le ves algún sentido, compañera?

Entonces de todo el rompecabezas que era mi cabeza algo encajo.

—Las obras de Dios se hacen porque si—susurramos ambos al unísono

¿Entonces la persona que cometió el crimen solo lo hizo porque sí...? no tiene mucho sentido.

O lo hizo porque quería burlarse de las creencias en Dios. Mi conciencia hace de nuevo presencia.

De pronto Chris tomó mi muñeca bruscamente y puso mi dedo anular a la altura de mis ojos para que lo viera. No me gusta su comportamiento en estos momentos.

—Hematofilia, Pauline— tiene su cara muy cerca de la mía, siento su aliento en mis labios—Pronto se convertirá en canibalismo y luego en desastres, tal y como las obras de Dios.

—¿A qué quieres llegar?—solté bruscamente mi mano, ya me dolía. Me aleje de él dos pasos hacia atrás.

Soltó una risa escandalosa, se está burlando de mi.

—Nunca me atraparan, querida Pauline.

Chris

7 meses después de la noche de la masacre

Después de ver en repetidas ocasiones a Pauline absorbida en su mente por la sangre de diversas escenas del crimen, mi cabeza se llenaba de preguntas. La fascinación que tengo por temas así hace que no duerma en la noche.