Capítulo 23.

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Me han desinfectado y vendado las leves heridas en mi cara y muñecas al igual que a Melodie. Se desmayó por todos los golpes que recibió pero ya se encuentra mucho mejor. Se han llevado todos los cuerpos de los terroristas, dejando el hospital completamente limpio nuevamente, excepto por los materiales destruidos con los disparos. Por lo que escuché, solo quedaron dos vivos para ser procesados, interrogados y encerrarlos en la cárcel.

¿Estos eran los únicos terroristas o todavía faltan más?

—Toma, esto te ayudará. — Lisa me da un té que ha comprado para mí. Se sienta a mi lado y me abraza. — Él estará bien, ten fe. — y la tengo. Sé que estará bien.

—¿Cómo te enteraste? — le pregunta Eric a Jacob. Noto que está algo ido con todo esto.

—Llegué hace unas horas. Fui a casa y encontré a Karol de rodillas llorando y rezando por la vida de Jack. Nunca me había sentido tan miserable. Nunca debí irme. — sigue con la vista perdida en el suelo. — ¿Cómo pasó esto?

—Con la memoria que tu gente nos dio, pudimos llegar a él. Revisamos todo el lugar, no había nada. No sé de dónde salió pero efectivamente lo acorraló y...le disparó. Nunca le había pasado algo así... pero puedo entender qué lo distrajo. — me mira. — Fue cuando vio todas esas fotografías de Melanie en ese pizarrón. — frunzo el ceño. ¿De qué fotografías habla?

Señor, tenemos que regresar a la base. — le dicen por la radio.

—Tenemos que irnos. El hospital está rodeado, estarán a salvo. — me asegura. No digo nada, solo quiero calmar mis nervios con este té. — Melodie, Jacob... necesito que vengan conmigo. — les pide, se miran de manera sospechosa y ambos lo siguen.

Melodie me ve y le asiento con la cabeza para que sepa que todo está bien entre nosotras. Le di la oportunidad de demostrarme que estaba de nuestro lado y lo hizo. Aunque no sepa exactamente qué está pasando, tengo claro que no es alguien de quien deba preocuparme por el momento.

Se marchan.

—A este paso creo que nunca me casaré. — comenta Lisa entre broma.

—No digas eso. Todo esto acabará algún día. — trato de animarla.

—Mientras ellos sigan en este mundo de la ley, no lo creo. Todos los días me levanto con el miedo de que no regrese a casa. Este trabajo es muy peligroso pero acostumbrarse a la posibilidad de que en uno de esos enfrentamientos pierdan la vida es desgastante y aterrador. — tomo sus manos.

—No te tortures con eso. Es mejor disfrutar cada segundo antes de que ya no puedas hacerlo más.

—Eso hago. Por eso estoy muy ansiosa de casarme con él. — seca sus lágrimas mientras sonríe.

—Y estaremos ahí. Por cierto, ¿cómo vas con el vestido?

—Ya lo tengo. Iba a pedirte que me ayudaras pero con todo lo que te pasó no tuvimos tiempo. Solo estamos esperando un buen día para dar luz verde.

—Si necesitas algo más, sabes que puedes decirme.

—Lo sé, no te preocupes.

—Hola. — llega Junior. — ¿Cómo estás? ¿Estás bien? — está muy preocupado.

—Estoy bien.

—¿Y Jack?

—Siguen saturándole la herida otra vez. Aun no han dicho nada. — y como si me escucharan, el doctor se nos acerca.

—Pudimos reestablecer al señor Connor, pero la gran cantidad de sangre que ha perdido me preocupa. Hemos tenido que aplicarle otro sedante sin que el anterior saliera de su sistema. Puede que tarde más en despertar y debe permanecer en cuidados intensivos unos días más.

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