Capítulo 4.

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Melanie Cross.

Abro los ojos.

Creo que los medicamentos me están quitando las energías. Casi me caigo del susto al ver a un hombre con la cabeza recostada a mi lado. Me tranquilizo luego de darme cuenta de que es Jack. ¿Tanta historia tuvimos juntos para que se quede a dormir conmigo a pesar de todo? Aun no amanece y cuando miro el reloj, son las 4:35 de la madrugada.

Se ve tan hermoso dormido que no puedo echarlo.

Coloco mi mano sobre su suave cabello negro y lo acaricio un poco. Mi mente no recuerda pero mi corazón se encoje cada vez que lo tengo así de cerca. ¿Llegué a amarlo? Mientras me hago estas preguntas, una transición de mi mano acariciando su cabello sucede, solo que en esos recuerdos, está con su boca en mi entrepierna.

Me aparto de inmediato.

¿Por qué todos mis primeros recuerdos son sexuales? ¿Tenía una vida tan activa como esos flashbacks? ¿Acaso era una ninfómana? Necesito sacar todos estos pensamientos de mi cabeza. Tomo una toalla y entro al baño. Requiero reducir el calor y me quito la pijama hasta quedarme completamente desnuda frente al espejo.

Mi cabello es muy largo. ¿Siempre lo he tenido así? O quizás es por el tiempo que ha pasado desde la última vez que los corté. Con mucho cuidado, me quito las vendas de la cabeza (al menos ya no me duelen) pero tengo pequeños raspones en círculos alrededor de las heridas y en cada una de ellas, tengo al menos 6 puntos.

Hay una tijera enorme en uno de los cajones, lo suficientemente filosa para darme un buen corte. Así la cabeza me dolerá menos. Voy tomando mechones entre mis dedos y los corto. Daría lo que fuera por recordar al menos los momentos más relevantes que definen quién soy pero parece imposible.

Cuando termino, entro en la ducha y dejo que la regadera me limpie completamente. Es muy relajador. Mientras veo el agua caer sobre mí, otro recuerdo llega a mi cabeza. Esta vez es más claro.

«Llego a un bar, pido quedarme, me dan una habitación y entro a un baño parecido a este. Veo la sangre mezclarse con el agua que baja de mi cuerpo y solo sé que me quedo ahí por muchas horas»

¿Dónde está ese bar? Tengo cierta curiosidad por saber cómo terminé en ese lugar y en esas condiciones.

—¿Melanie? — la voz de Jack me regresa a la realidad. — Me asusté. Desperté y no te vi. — sus ojos bajan de mi cara a mis pezones. Lo peor es que no me molesta. ¿Por qué no reacciono si no conozco a este hombre?

—Me dio calor, así que decidí darme un baño.

— ¿Qué hiciste con tu cabello? — apenas recuerdo que lo acabo de cortar solo un poco.

—Lo corté. Creí que así me dolería menos la cabeza. ¿No te gusta?

—No importa el look que tengas, siempre te verás hermosa. Pero sí necesitas un retoque profesional. — su sonrisa me contagia.

— Pero... ¿te gusta o no? — insisto.

— ¿Qué cambiaría mi respuesta? ¿Qué tan importante es para ti que me guste o no? —se acerca.

—Olvídalo.

— ¿Sabes qué hora es? ¿No crees que sea muy tarde para bañarte? El agua está helada. — se arrima a la pared con los brazos cruzados.

—Ya te lo dije. Me dio calor y...no hay una hora establecida para bañarse, supongo.

— ¿Y qué fue eso que dio tanta calor? — vuelve a acercarse. No sé qué tienen sus ojos que no puedo mentirles. Es como si me estuvieran juzgando todo el tiempo.

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