Epílogo.

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Ahí está, el amor de mi vida, esperándome con un hermoso traje. Se ve aún más hermoso. La cara de felicidad que tenemos, se notoria. Y solo veo cómo sus ojos están inyectados en sangre de verme llegar hasta él. Me toma de las manos y me mira con mucho orgullo y felicidad. Aún no puedo creer que esto esté pasando. Aun no creo que haya sido capaz de enamorarlo y convertirlo en mi esposo. Y que haya podido romper ese muro de hielo que tenía para protegerse de los sentimientos y entrar en su corazón.

El sacerdote da sus sermones hasta que llega la hora de dar nuestros votos mientras nos ponemos los anillos.

—Yo, Jack Connor Hemsworth, prometo llenarte de felicidad, amor, seguridad, paz y armonía mientras estés a mi lado. Fuimos dos personas diferentes que cruzaron sus caminos de una manera muy peculiar y que al final, todo lo que buscaban para ser felices, era encontrarnos en el otro. Quiero que sepas que aquí tendrás un hombre que siempre te protegerá, que amará cada parte de tu cuerpo y de tu alma, y te recordará cada día la razón por la que me dijiste que sí. Prometo mantenerte a salvo a mi lado... hasta que la muerte nos separe. —le coloco el anillo de matrimonio. Mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas al igual que los suyos. ¿Por qué estoy llorando tanto? Supongo que es la emoción. La emoción de sentir mucha felicidad al lado de la mujer que amo, finalmente.

Seco mis lágrimas con el pulgar.

—Yo, Melanie Cross, prometo llenarte de felicidad, amor, seguridad, paz y armonía mientras estés a mi lado. Te prometo estar ahí, cuando las cosas se pongan tensas y cuando la felicidad y los buenos momentos no sean una opción. Porque ya hemos pasado por lo peor y aun así, aquí estamos, uniendo nuestras vidas plenamente. Prometo darte el noventa por ciento cuando tú solo puedas dar un diez. Prometo serte fiel y amarte eternamente. Gracias por hacerme sentir la mujer más segura y feliz del mundo. Gracias por darme tanta paz. Gracias por amarme y ayudarme a levantarme de mis peores caídas. Por eso y más, te entrego este anillo como solo un constante de que nuestras vidas son una misma. Porque nuestro amor, es suficiente símbolo para que todos sepan que nos pertenecemos. Te amo. — me coloca el anillo.

—Siendo así, los declaro: marido y mujer. Puede besar a la novia. — pero antes de que lo diga, ya nos estamos besando. Todos los invitados se ríen, se levantan y aplauden.

Oficialmente somos: el Sr. y la Sra. Connor.

 Connor

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