Capítulo 8.

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Aprovecho el silencio de la noche para ver las fotos. Hablarle de mis alucinaciones lo ha dejado muy confundido. Ni siquiera debería seguir aquí con él, pero ¿a dónde iría? ¿a casa con la versión de madre que recuerdo? Me da escalofríos de tan solo pensarlo.

La primeras fotos que veo son de mi graduación. Luzco tan feliz, tan radiante. Y ahí están: el chico rubio que siempre está con Jack y una chica que todavía no puedo reconocer. Las fotos que continúan irradian la misma energía. ¿Tanto me gustaban las fotos? Casi puedo decir que capturaba cualquier momento que fuera importante para mí. Y por supuesto, en la gran mayoría está él, Jack. A mi lado.

¿Qué nos pasó? ¿Qué nos hizo llegar al punto de dejarlo y no vernos en todo un año?

Puedo sentir que algo anda mal y salgo de la habitación.

— ¿Melanie? — casi choco con Jack en las escaleras.

— ¿Qué sucede? — noto que está algo enojado.

—El...tu querido hermano está afuera armando un escándalo para sacarte de aquí. — trata de no decir groserías.

—Hablaré con él. — intento bajar pero me detiene. — Solo dile lo quieres. Si te quieres ir, si te quieres quedar, no importa.

—Eso haré. — me suelto de sus manos y voy hasta la puerta.

— ¿Junior? — digo en cuanto cruzo el umbral.

— ¡Melanie! — lo noto muy agitado.

— ¿Qué sucede? ¿Por qué estás aquí?

—Tenemos que ir a casa, ¿ok? Porque tienes una casa. No tienes que quedarte aquí con él.

— ¿Por qué lo odias tanto? ¿Qué te ha hecho?

— ¡No es que lo odie! ¡Es que no puedo perderte de vista! Prometí...te prometí que cuidaría de ti y no me has dejado hacerlo.

—Me siento segura aquí. Si la policía me ve en mal camino me meterán a la cárcel y no quiero terminar así.

—Sé que te protegerá pero me temo que ni siquiera él podrá hacerlo esta vez.

— ¿De qué hablas? — abro los brazos al aire. — Sé que intentaron asesinarme e inculparme de otro crimen que no cometí pero tengo entendido que ese tal...Miller, está muerto. De los únicos que tengo que cuidarme es de la policía y de mi falta de memoria. Nada más.

— ¿Y qué es Jack? ¡Un maldito policía!

—Si su intención fuera entregarme ya lo habría hecho.

—No, no quiere hacerlo ni lo hará por el simple hecho de que sabe que tú no eres la culpable, sino uno de nosotros. — frunzo el ceño. — Intenta tenerte cerca para lograr que uno de nosotros caiga en su red. No es más que otro de sus juegos. Todo lo que le rodea siempre es parte de un plan.

— ¿Uno de ustedes? — me alejo. — ¿Y qué tendría de malo que se sepa la verdad?

—Porque incluso cuando tú la sepas actuarás igual. Como familia. — es sorprendente la forma en la que absolutamente todos no saben hablarme con claridad.

— ¡Entonces dímela para entenderlo! — quiero mantener la calma pero se me está dificultando.

—De acuerdo. Ven conmigo y te lo explicaré, lo prometo. No soy el enemigo. Soy el único que puede mantenerte a salvo sin segundas intenciones. — pone sus manos en mis brazos. — Jack solo quiere beneficiarse. Eres solo un caso más para él. No te buscó en todo un año y ahora de repente no puede apartarse de ti, ¿por qué crees que sea? — me mira a los ojos. La forma en la que suda y tiembla, me da la impresión de que está hablándome con la verdad.

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