S E V E N (T2)

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Charlie estaba aun ingresado en el hospital, seguía teniendo cables conectados por su cuerpo y al pequeño no se le quitaba la intriga de saber que era lo que le pasaba. En la visita de hoy le conté la verdad.


- Mamá, ¿ qué me pasa ? Quiero irme a casa contigo y con mamá.- Se quejó el pobre algo cansado. No era la primera vez que lo hacía.

- Hijo... tienes una enfermedad un poquito grave y por eso tienes que seguir aquí para poder curarte y volver a casa, tienes que seguir así por favor, se que vas a salir de aquí pero tienes que prometerme que no harás nada malo mientras estés aquí, haz lo que te digan y se bueno.- Le pedí con dolor y tristeza en cada una de mis palabras.

- ¿ Cómo se llama la enfermedad ? Quiero saber su nombre.- Me pidió haciendo un puchero.

- Cáncer.- Le dije mirándolo mientras mis ojos brillaban ya apunto de echarse en lágrimas.


- Señorita Rous, es hora de marcharse, le van a hacer su primera quimio.- Anunció un Doctor que acababa de entrar en la habitación.

Asentí algo triste, le di un beso en la frente a Charlie y le pedí que fuese fuerte, luego salí de la habitación y vi como Charlie salía de la habitación en su cama que era movida por varios enfermeros.

El Doctor se acercó a mi justo cuando Charlie se fue del pasillo.


- Ya no podrá venir a verlo como ha estado haciendo, sería arriesgado para el tener visitas a partir de la quimio, así que yo la llamaré cuando pueda venir.- Me contó con bastante tranquilidad y un tono neutro.

- Le juro, que si mi hijo no sale de aquí, haré que su vida sea un maldito infierno, gastaré cada segundo de mi tiempo libre en hundirle la vida, hasta que estés arruinado, no vendré hasta que me llame, le haré caso, seré su amiga y trate de seguir siéndolo cuando Charlie salga de aquí sano y salvo.- Le amenacé mirándolo intimidadoramente, no esperé ninguna respuesta y antes de que abriera la boca, yo ya había cogido mi bolso y marchado de allí.

Billie estaba en un escenario, ensayando para su nuevo concierto de esta noche, necesitaba verla así que fui a su encuentro.

Me dejaron pasar, pues todos sabían que mi esposa era la protagonista del concierto.

Ella estaba jugando con Zoe a las peleas, siempre comportándose como niñas de 7 años, me sacó una sonrisa de verla con su mejor amiga porque ella le hacía realmente feliz y lo necesitaba ahora más que nunca.

Billie, en un momento cruzó miradas conmigo y me sonrió.

-Mira, ya vino mi mujer.- Después de decir eso vino corriendo hacia mi y me besó, apasionadamente mientras acariciaba mi pelo, yo la pegué a mi cuerpo con mis brazos y olvidamos todo. Estos besos nos hacía mantenernos con vida a ambas, era nuestro refugio y lo que nos hacia felices a las dos. 

- Te amo.- Le dije al separarme, lo solté como si necesitara decírselo, como si ella no lo supiera ya.

- Yo también mi amor, ¿ cómo está Charlie ?- Al oír esa pregunta la piel se me erizó pero traté de calmarme porque quería estarlo para contarle el estado de Charlie.

- El está bien, solo que el Doctor me dijo que ya no podíamos verlo tan seguido porque sería peligroso para el, me dijo que nos llamaría cuando pudiésemos ir a verlo.- Le expliqué lo más normal que pude, aunque se me hacia demasiado difícil.

- Entiendo, pero si es por su bien tenemos que hacerle caso aunque nos cueste amor.- Trató de tranquilizarme acariciando mi hombro, luego me dejó un corto y tierno beso en una de mis mejillas. Le sonreí como imbécil antes de que volviera con Zoe.


Aproveché ese momento para ir al camerino de Billie y dejar mis cosas allí para que molestaran lo menos posible, justo al volver al stage me paró Maggie agarrándome suavemente el brazo.


- Hola Rous, ¿ cómo estás ?- Me preguntó mirándome con atención mientras su ceño se fruncía de la preocupación.

- Estoy bien, preocupada por Charlie y sin parar de pensar en el, pero aun sigo con esperanzas, se que Charlie volverá, lo se.- Le respondí fingiendo una sonrisa.

- El estado de Charlie no es muy bueno, podrías haber hecho algo para detenerlo antes de tiempo.- Se quejó sin parar de examinar mi cara con su mirada, comenzaba a sentirme incómoda.

- ¿ Crees que si lo hubiese sabido que el estaría en estas circunstancias no habría hecho nada para que lo evitara?- Cuestioné algo ofendida y en un tono notable.

- ¿ Cómo ibas a saber algo ? Estás demasiado ocupada fumando que no tienes tiempo ni para investigar.- Insinuó ella en un tono de enfado.

- Yo no tengo ninguna culpa, nadie la tiene, son cosas que pasan en la vida porque no todo es bonito, tu deberías saberlo ya.-Traté de hacerla razonar, pero era en vano porque seguía de morros.

- Tu eres la que dejaba como si nada al niño, asume tu culpa, si hubieses estado al mando de mi nieto el no estaría ahí.- Alzó el tono.

Estaba apunto de responder, pero decidí no hacerlo y tomar mis cosas para salir de aquel lugar. No estaba dispuesta a soportar a mi suegra culpándome de cosas que no tienen ningún culpable pero tampoco quería montar un numerito, por eso me fui.

Le dije a Billie que quería estar en casa y no puso ninguna queja, me subí en mi coche y me dirigí a mi casa.

Estaba realmente molesta con lo que Maggie me dijo, me había dejado de mala madre y de fumadora compulsiva sin ni si quiera abrir la boca.


Ya en casa, dolida por aquellas palabras de la madre de Billie, cogí todo el tabaco que tenía y lo tiré a la basura, nunca fui una enganchada a aquellos vicios pero me negaba a crear una pelea familiar por culpa de ello. Lo raro es que me sentí bien, no me dolió ni el mas mínimo tirarlo, ojalá fuese tan fácil dejarlo.

Moon // Billie Eilish & youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora