F O U R T E E N (T2)

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Al llegar al centro comercial, Charlie y yo entramos en una tienda de ropa. A Charlie le hacía falta un cambio de ropa ya que la que siempre llevaba estaba ya un tanto vieja, así que hoy estaba dispuesta a comprarle una grande cantidad de ropa a mi hijo.


Mientras miraba ropa para el, Charlie estaba un poco en su mundo mirando cada rincón del negocio. 

Charlie en un momento, me jaló de la camiseta para llamar mi atención y yo lo miré atenta.


- No me gusta esta ropa mamá, yo quiero la de allí.- Charlie me señaló la sección de ''niñas'' con su dedo índice y yo miré hacia ella.

Segundos más tarde, miré a Charlie sonriente.

- Está bien, déjame que ponga la ropa en su sitio de nuevo e iremos a esa parte.- Acaricié su mejilla antes de ponerme a guardar la ropa en el lugar en el que estaban.

- ¿No me vas a regañar?- Me preguntó con un tono algo angustiado, enseguida lo miré.

- ¿Por qué debería regañarte?- Me agaché para tenerlo a mi misma altura.

- Mis amigos del colegio dicen que no puedo ponerme esa ropa.- El agachó su cabeza con tristeza y yo puse mi mano en su mentón para volver a levantarle la cabeza.

- Mi amor, puedes ponerte la ropa que quieras, ¿ quiénes son esos niños para decirte lo que debes o no ponerte? Ni siquiera tu mamá o yo podemos decidirlo, es cosa tuya.- Le conté con una sonrisa acogedora.

- También dicen que soy un niño, pero es mentira, yo soy una niña, ¿por qué me mienten mamá?- Sus palabras me dolían, me dolían porque me estaba dando cuenta de que mi pobre hija iba a tener una vida dura llena de transfobia e injusticia.

- Claro que eres una niña, si tu te sientes como una niña eres una niña, los demás que digan lo que quieran mi amor.- Acaricié su mejilla de nuevo y luego le di un fuerte abrazo.

- No quiero que me llamen Charlie nunca más, no me gusta.- Me confesó mientras seguía en mis brazos.

- ¿Cómo quieres que te llamemos?- Le pregunté al separarme de ella.

- Me gusta Sophie.- Me informó más sonriente que nunca.

- Perfecto, Sophie, vamos a comprarte ropa.- Le sonreí antes de levantarme y poner la ropa en su sitio antes de ir a la sección que más le gustaba a Sophie.


Era feliz porque Sophie es una chica valiente. Ella me lo dijo sin miedo a nada y con mucho valor. Me llenaba de orgullo que ella fuese mi hija que con tan solo 7 años fuese capaz de abrirse tanto a los adultos. Estaba muy feliz viéndola probarse ropa que realmente le hacía feliz.

La gente nos miraba raro pero a ninguna de las dos nos importó, porque era su vida. Ella tiene derecho a ser feliz y hasta que se la respetase en todos los rincones lucharía junto a ella porque la adoro más que a nada, jamás la dejaría.


Después de muchas horas volvimos a casa y pusimos las bolsas llenas de ropa en la habitación de Sophie.

- Bien, ya eres libre.- Suelto una leve carcajada.- Voy a buscar a tu madre.


Y sin más, la dejé en su habitación para empezar a buscarla por toda la casa.

Shark no estaba y era muy raro porque siempre que entrábamos en casa, Shark nos recibía con ladridos y moviendo el rabo pero, esta vez no fue así. Billie no suele sacarlo de paseo a estas horas.

Entré en nuestra habitación como último recurso y en la cama había una nota, mi corazón comenzó a latir más acelerado de lo normal y mientras me acercaba más al papelito, mi respiración estaba más agitada.

'Hola Rous.

    En primer lugar, lo siento por todo, sobre todo por esto. Supongo que ya te habrás dado                  cuenta de que no estoy en casa y tampoco Shark. No me han secuestrado, me he ido yo,                  supongo que la palabra correcta es que me he fugado, pero suena muy mal.

   Ojalá pudiera arreglarlo todo y volver a besarte, acariciarte, abrazarte y agarrar tu mano como     siempre ahora mismo, pero, siendo sincera, me es imposible. No estoy bien, me he dado                 cuenta de que necesito un tiempo para mi, para volver a ser yo y amarte de nuevo como te             mereces. No sé cómo explicarte el porqué ya no soy yo y necesito este tiempo para mi, pero te     prometo que cuando vuelva te lo explicaré. Por favor, no trates de buscarme ni tampoco                 llamarme porque he destruido mi teléfono. Lo siento Rous, pero ahora mismo soy un                 mounstruo y tu eres demasiado princesa como para estar junto a alguien como yo.

     Te amo.'

Para cuando terminé de leer, mis ojos estaban acristalados y mi cara estaba bañada en lágrimas pintadas de negro por culpa de mi delineado de ojos y mi rímel. No era capaz de creer que Billie había sido capaz de dejarme sola sin poder comunicarme con ella y sin poder responderle. Me sentía decepcionada con ella y también traicionada. Fui corriendo al armario para comprobar que no había nada de ropa, efectivamente, no había nada de ropa, salvo una camiseta negra que solía robarle. Le quité el perchero y la abracé oliendo su aroma a Billie mientras me dejaba caer en el suelo y mis lágrimas aumentaban.


Después de pasar unos largos minutos de esta forma, mi tristeza se convirtió en rabia y agarré un mechero que tenía en mi mesita de noche. Me dirigí con rapidez al balcón y, sin pensarlo, encendí el mechero y quemé la camiseta. El único recuerdo sólido que quedaba en esta casa de ella.

Al finalizar, llamé a Louis T. para contarle todo lo que había pasado.


- No puedes quedarte ahí, vendrá su familia a pedirte explicaciones e incluso te acusarán de asesinato cuando lleve semanas sin aparecer, tienes que irte de ahí, que pierdan tu contacto.- Me aconsejó bastante nervioso Lou.

- Ya, pero, ¿a dónde voy? No tengo nada.- Me quejé aun llorando.

- Ven a mi casa, te acojeremos muy bien aquí mi hijo y yo, se que estaréis muy bien con nosotros.- Me propuso sin dejar de tener ese tono nervioso que tanto me agitaba.

- ¿Voy a huir?- Le pregunté con tristeza.

- Vas a empezar de cero, en otra ciudad, en otro país, igual que Billie ha hecho con la que se supone que era su familia.- Sus palabras me animaron a hacerlo porque tenía razón.




Mientras se preparó todo lo necesario para irme del país pasaron 4 días y al cuarto, Sophie y yo estábamos en el avión para irnos a Reino Unido junto a Freddie y Louis.

Sophie me preguntaba por Billie y porqué nos íbamos a otro país con un señor que apenas conocía. Mi respuesta fue esta: Tu mamá está de gira por todo el mundo y no volverá en un tiempo, ya sabes, tiene que recorrer todos los países y eso lleva mucho tiempo. Así que, nos pareció que sería buena idea cambiar de país para que vayas a otro colegio y te traten mejor.















La parte quince es la última, lo siento de ante mano.

Moon // Billie Eilish & youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora