Moon // Billie Eilish & you

S I X

Me desperté con un dolor de cabeza horrible, abrí los ojos e inspeccione el lugar en el que estaba, no era mi habitación, ni si quiera mi casa. Cuando me levanté me di cuenta de que aún estaba en casa de Tiffany, me había quedado dormida ahí, pero, ¿por qué Billie no estaba ahí? ¿Me había dejado sola? Tantas preguntas sin respuesta, estaba algo confusa y dolorida por mis fuertes dolores de cabeza, era horrible.

- Buenos días Rous, ¿se duerme bien en el sofá?- Me preguntó algo burlona Tiffany quien acaba de llegar a la sala en la que me encontraba.

- ¿Dónde está Billie?- Le pregunté frunciendo el ceño ignorando ese comentario.

- ¿Billie? No sé, vi que se fue sola de la casa, pero no me dijo dónde.- Me informó mirándome pensativa.

- ¿¡ Es enserio!?- Pregunté enfadándome cada vez más.

- James se fue con alguien, dijo que querían intimidad.- Me volvió a informar Tiffany.

- Tengo que irme Tiffany, tu fiesta fue increíble.- Me despedí de ella bastante rápido, cogí mi bolso y lo abrí para sacar mi teléfono.
Al encenderlo vi que había algunos mensajes de Billie:
- Rous lo siento pero he tenido que irme de la fiesta, lo siento.
- No me busques cuando leas esto, no quiero ver a nadie.
- Por favor déjame sola.
Esos fueron sus mensajes, bastante confusos, no entendía muy bien que le pasaba y el hacerme pensar en cómo estaría Billie hacia que mi dolor de cabeza aumentara. Estaba bastante muerta.
Llame a un taxi para que me llevara a mi casa y así fue.
Cuando ese señor me dejó en mi casa pagué lo que debía y me bajé sin dejar de mirar la ventana del cuarto de Billie la cual tenía la persiana bajada, sentía preocupación.

Intente mandarle algunos mensajes a Billie pero no los leía, me desesperaba.

Pero pude entenderlo todo cuando abrí las redes sociales.
Estaba todo internet lleno de un vídeo de Billie y yo besándonos en aquella fiesta de la noche pasada, quizás fue por eso, quería hablar con ella.
Salí de mi casa y llamé al timbre de la casa de Billie. Me sorprendí cuando vi que Conan Gray me abría la puerta.
El era un antiguo amigo de Billie, ¿que hacía allí?
- Rous, cuánto tiempo.- Me saludó bastante sonriente.

- ¿Dónde está Billie? Tengo que hablar con ella.- Le pedí sería.

- Ella no quiere hablar contigo.- Me respondió esta vez bastante serio.

- ¡Billie! ¡Billie!- Grité su nombre mientras intentaba pasar, pero Conan me empujó.

De repente salió Billie, estaba despeinada y vestida con una camiseta que le llegaba hasta por debajo de su abdomen, se le veía un poco sus bragas. Me miró por unos segundos bastante seria como si no fuese nada para ella.

- Rous, ¿qué quieres?- Me preguntó bastante neutra.

- ¿Qué quiero? ¿En serio? He visto el vídeo.- Le respondí molesta por su comportamiento.

- Ah, si, estaba borracha, en fin, todos cometemos errores.- Me contó mirando a Conan, el cual besó, sin ningún motivo.
Me quedé perpleja, no pude reaccionar. Noté como mis ojos se cristalizaban y de ellos salían lágrimas.
- ¿Billie?- Me atreví a preguntar mientras se me quebraba la voz.

- ¿Qué?- Me preguntó Billie como si nada.

- ¿Lo has besado? Eras mi novia.- Le respondí cada vez con más rabia .

- ¿Nosotras? ¿Novias?- Conan y Billie comenzaron a reírse y luego me cerraron la puerta en las narices.
Después de eso me derrumbé en lágrimas y me fui directa a mi cuarto donde me pasé todo el día llorando, ni siquiera comí.

Cogí nuestra caja de los recuerdos, donde había cosas con valor sentimental para Billie y para mi. Cuando la abrí mis lagrimas aumentaron, pero eran de rabia. La rabia se había apoderado de mi cuerpo y comencé a romper todas las cosas que contenía la caja. Todas aquellas bonitas y significantes fotos hechas añicos, aunque dolía, era lo que quería hacer. Sentía esa necesidad de destruir todo lo que sentía por aquella chica y por haberme ilusionado. Me sentí tan mal, jamás llegué a pensar que Eilish fuese así, al menos conmigo no.

A las diez de la noche decidí coger una botella de Whisky y bebérmela en mi balcón, ese lugar era el que más me recordaba a ella, donde siempre nos veíamos cada noche. Esta noche era distinta a las demás porque Billie no estaba al otro lado, me sentía totalmente sola, con las estrellas y la luna menguante en el cielo. Cuando te acostumbrabas parecían acompañarte.
Pero estaba claro que la pérdida ha sido bastante dolorosa.