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Paraíso Infernal - Parte 2.
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– ¡Hey, Saihara-Kun! – llamé antes de que cruzara la puerta.
– Ishigami-Kun...
– Espero que no te moleste que te acompañe. – comenté.
Él pareció sorprenderse un poco por lo que dije, por un momento su mirada transmitió un sentimiento que no supe distinguir por el momento, pero creí saber que era ese sentimiento.
– ¡C-Claro que no! No me molesta... – respondió rápidamente al ver que tardaba en reaccionar.
Sonreí levemente.
– De acuerdo, empecemos a ver para qué servirán esas cosas.
Él asintió lentamente y empezamos a andar, nos paseamos por el lugar, hasta llegar a una especie de muro que contenía tres espacios para colocar documentos, aunque uno estaba vacío, deduje que era para eso, y rápidamente sin tener que decir nada, Saihara lo colocó.
El lugar empezó a temblar, e inesperadamente...
– ¡¿Se ha derrumbado el muro?! – exclamó Saihara desconcertado.
Efectivamente, se había derrumbado, dejando ver un tenebroso pasillo.
– ¿Habrá sido mi magia? – escuché una voz conocida. Yumeno.
– No, no. He sido yo que he puesto el documento ahí y...
– Ha sido muy magia. – interrumpió a Saihara con seguridad.
– Será mejor que no intentes contradecirla. – susurré al oído de Saihara, a lo que él suspiró.
– Bien, lo que tú digas.
Nos adentramos al lugar un poco apresurados, llegando a una puerta color azul con un símbolo extraño en ella.
– Esta puerta se ve diferente a las otras... – murmuré pensativo.
– Quizás es una sala Definitiva. – dedujo Saihara. – Y por el dibujo de la puerta, diría que se trata de la sala de la Ilusionista Definitiva.
– Piensas rápido, ¿Eh?
– L-Lo siento, pienso en voz alta...
Entramos al lugar, y efectivamente parecía ser la sala perteneciente a Yumeno.
– Como ya suponía, esta sala está llena de cosas relacionadas con los trucos de magia. – comentó Saihara.
– ¿De quién será esta sala? Si fuese mía estaría llena de objetos mágicos. – decía Yumeno dudosa.
– Estás bromeando, ¿Cierto? – hablé ya un poco confuso.
– Debería ser así, ¿No? – volvió a decir, ignorándome por completo.
