[💫];; ¡Buen-oso días/tardes/noches! ¡Feliz Navidad a todos y todas! Como pueden ver, esto es un especial de Navidad para que lo disfruten.
He visto en los comentarios que en serio piden un acercamiento entre estos dos (Y a quien voy a engañar, yo también JAJA) así que decidí aprovechar la fecha para escribir un especial.
Les voy a explicar más o menos: Es una línea del tiempo en la que no existe el Asesinato Mutuo, si existen los talentos Definitivos pero Kokichi y Mirai se conocieron en la Academa Kibougamine, como si fuera Danganronpa Goodbye Despair. Otra aclaración, Mirai es un Compositor-Interprete.
Sin nada más que decir, ¡Disfruten de la lectura!
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Solo déjame adorarte
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Un chico dormía plácidamente en un sofá considerablemente grande que se encontraba en su departamento, mientras el frío arrasaba y la nieve golpeaba su ventana.
Plácidamente narré, pero la realidad era otra. Tras el chico estar despierto prácticamente toda la noche preocupado por la tardía llegada de su novio lo había dejado agotado y sin fuerzas, quedándose dormido acurrucado con una fina cobija.
Mientras recobraba sus energías, la cerradura de la puerta sonó y se abrió la puerta del departamento, para después cerrarse, escuchándose lentos y pesados pasos ir hacia la sala, donde se encontraba él.
Los ojos carmesí del chico que entró en su hogar miró con cansancio dicho lugar, hasta posar su mirada en la figura acostada en el sofá.
- ¿Kokichi...? ¿Qué hace durmiendo en el sofá? - murmuró el de rubios cabellos.
Poniendo su cabeza a funcionar, llegó a una conclusión en segundos que lo hizo sonreír con ternura.
- Estuviste esperándome, ¿Eh?
Caminó hasta dicho chico, agachándose para mirarlo, levantar una mano y acariciar con sumo cuidado sus cabellos, para después acercarse y besar delicadamente la frente del chico. Esta acción logró despertar al que se hacía llamar Kokichi.
- ¿Hm..? - murmuró abriendo las ojos. - ¿Mirai-Chan?
- Oh, lo siento. No quería despertarte. - dijo Mirai apenado.
Kokichi parpadeó un par de veces asimilando la situación.
- ¡Espera...!
Para después caerle encima al pobre Mirai, quien ni siquiera tuvo fuerzas para pararlo, terminando por caer los dos al suelo, estando Kokichi encima del contrario abrazándolo por el cuello.
