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Estudiante de intercambio del más allá - Parte 4.
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Apenas llegando al gimnasio, dejé que las puertas se cerraran detrás de mí lentamente mientras observaba la expresión de los demás.
Es el mismo ambiente que se sentía cuando volvimos a la biblioteca después del asesinato de Amami. Todo estaba limpio, como si no hubiera ocurrido nada.
Entre el silencio se escuchó el fuerte suspiro de Iruma. – Estoy muy cansada. He estado toda la noche con el ordenador aquel.
– Ah, ¿Al final fuiste a mirarlo? ¿Y qué tal? – cuestionó Saihara sonriente.
– Todavía estoy empezando con él, así que no puedo asegurar nada, pero... – hablaba orgullosa. – Esa cosa... Es bastante buena. Esta noche ha sido tan intensa que casi no he podido dormir.
– No sé porqué tienes que explicarlo de esa manera... – murmuré divertido.
– Kehehe... ¿Estás celoso? – cuestionó Kiyo ante la expresión de Kiibo.
– ¿Qué dices? ¿Cómo voy a estar celoso de un ordenador? – apuntó fastidiado.
– Yo veo bastante posible que un robot tenga celos de un ordenador. – respondió Shirogane.
– Hey, chicos, ¿Estoy soñando? ¿Qué hace ella aquí? – apuntó Ouma confundido.
Se trataba de Harukawa, quien desvió la mirada de los demás.
– Oh, ya veo, ¡Debo estar alucinando! ¡Después de lo que dijo Harukawa-Chan ayer, es imposible que esté aquí! – exclamó Ouma.
– Déjate de tonterías. ¡No la vas a poder conocer bien si no le hablas nunca! – interrumpió Momota.
– ¡Pero eso es lo que quiere todo el mundo! ¡Lo que todos quieren es que esté lejos de nosotros! ¡Aunque yo no, claro!
– ¡Cállate de una vez!
– Cómo te encanta armar problemas y discusiones... – suspiré decepcionado, haciendo reír a Ouma.
– Igual lo que dice es cierto, los asesinatos y muertes no tienen lugar en nuestra vida académica pacífica. – respondió Angie.
– Nhaaa... Es como lo ha dicho Angie-San. – apuntó Yumeno.
– Sí... Como lo que ha dicho Angie-San. – concordó Shirogane.
Se me hizo algo extraño la forma en la que se expresaron, y justo cuando pensaba preguntar, Gonta apareció tirando las puertas apresurado.
– ¡Escúchenme, esto es serio! – exclamó mostrándose alterado.
– No puede ser... ¡¿El Insecto Colosal está al otro lado de los muros?! – habló Ouma aterrado.
– No, no es eso. He ido al jardín antes de venir aquí y...
