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Quinto Juicio Escolar - Parte 1.
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– ¡Empecemos con una explicación sencilla sobre el Juicio Escolar! – anunció el anfitrión. – Buscarán al culpable y sus votos decidirán el desenlace del juicio. Señalen al culpable y solo él será castigado. Pero si hacen una acusación errónea, todos lo demás serán castigados, y el culpable se graduará d-
– La graduación es inútil, ya lo sabemos... – interrumpió Kiibo. – ¡No necesitamos tus normas! ¡Encontraremos nuestras propias razones para vivir! ¡Y haremos lo que sea por sobrevivir!
– ¡Ah! ¡Un robot que habla! ¡Es la primera vez que veo uno! – se sorprendió Monokuma.
– ¡¿A estas alturas?!
– ¿Qué pasa con Ouma e Ishigami? ¿Por qué no están aquí? – se apresuró en preguntar Maki.
– No te pongas así, asesina. Este caso tiene circunstancias excepcionales. – se desanimó el oso.
– En este caso, ¡La víctima es completamente desconocida! – habló Monokuma como gran hallazgo. – Teniendo en cuenta estas circunstancias, ¡He empezado con el Juicio Escolar mientras la víctima sea anónima! ¡Sería una pena tirar semejante oportunidad a la basura!
Escuchando lo dicho, Shuichi dio una mirada en su entorno, notando con incertidumbre como los puestos que pertenecían a Kokichi, Kaito y Mirai estaban adornados con una foto de las personas faltantes enmarcada en blanco y negro con un signo de interrogación en el centro.
– Espera, ¿Eso también cuenta para Ishigami-Kun? – preguntó Kiibo.
– Claro, Ishigami no ha hecho acto de presencia, ¿No? – Monokuma observó en los rostros de los presentes el como no estaban de acuerdo con la decisión. Por lo que soltó una inesperada carcajada. – Les recomiendo no tener la mente tan cerrada, jóvenes. ¡Aquí todo es posible!
– ¿A qué te refieres...? – apuntó Himiko.
– ¿Mh? Me refiero a que Ishigami también pudo ser tanto la víctima como el culpable. – habló con obviedad.
– Eso es imposible. – dictó Maki inmediatamente.
– ¿Eso se puede hacer? Pensaba que todos teníamos que participar. – apuntó Tsumugi en forma de acusación.
– No te preocupes, la persona que falta está entre bastidores esperando a su oportunidad para aparecer. – respondió despreocupado. – Todo es parte de la producción global. Pero vayamos empezando con el juicio.
– Supongo que no nos queda otra mas que empezar así... – suspiró Kiibo.
– ¿Y de qué se supone que tenemos que hablar? Está claro que Momota es la víctima, que a Ishigami le sucedió algo y el culpable es Ouma, la mente maestra. – apuntó Himiko.
