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Las semanas transcurrieron con normalidad, Sara no volvió a aquel sótano y las monjas no se metieron con ella.
Catherine evitaba a la joven y Sara estaba muy confundida por aquello, era claro que después de aquel encuentro alguna de ellas dos estaría molesta, pero la ojigris no lo estaba, por el contrario se sentía decepcionada

-hoy has estado muy distraída. -
Lauren tocó el hombro de Sara, haciéndola reaccionar

-no. - frunció el ceño -¿por qué lo dices?

-siempre pones atención en clases y participas, incluso haces alguna broma a las profesoras, pero hoy no fue así

-si bueno, no todos los días tengo que hacerle de payasa. - sonrió con falsedad, no entendía por que el distanciamiento de Catherine la estaba afectando

-hey tranqui

-no es un buen día, Lauren, solo eso. Preferiría estar sola

-bien. - la chica se encogió de hombros y dejó a la peliazul sola

Sara fue a la biblioteca, leer siempre la calmaba. En cuanto entró, se encontró con la dueña de sus pensamientos, pero se hizo la distraída y pasó de largo

-Buen día. - la rubia saludo

Sara no hizo caso, comenzó a buscar en el estante algún libro interesante

-buen día. - repitió y la joven la ignoro. La ojiazul tomó una bocanada de aire y se acercó a Sara -¿por qué me ignoras?

-ay no. - Sara cerró los ojos y trono su cuello

-¿puedes responderme, tesoro?

La chica volteo a verla horrorizada por aquel apodo

-puedo perdonarte que me hayas ignorado, pero no que me llames tesoro. - hizo como si un escalofrío la recorriera

-no te pedí perdón de todas maneras, tesoro. - Catherine se burló, podía sentir que Sara realmente odiaba ese apodo

-que insoportable

-no sabía que teníamos tanta confianza, como para tutearnos. - la rubia se posicionó atrás de ella y susurro en su oido -¿desde cuando esas confianzas, tesoro?

Sara estaba molesta por el apodo y excitada de igual manera, Catherine siempre le provocaba cosas inexplicables y eso que solo llevaba un par de meses en el lugar.

-desde que te comí el coño, por ejemplo

La subdirectora soltó una carcajada, "la más hermosa" pensó Sara

-ya se que me risa es hermosa, tesoro

-olvidaba que puedes saber lo que pienso y siento. - suspiro frustrada -¿por qué me has ignorado todo este tiempo?

-he tenido un par de tareas, ya sabes, cosas de demonios. - Catherine beso el cuello de Sara y envolvió con sus brazos su pequeña cintura

-alguien puede vernos

-no hay nadie, tesoro, estamos solas. La bibliotecaria siempre se duerme. - subió lentamente la falda de Sara y posó su mano en su centro -¿siempre estas así de mojada?

-solo cuando tu estas cerca

Catherine ronroneo y cerró los ojos, por alguna razón desconocida, no podía alejarse de Sara

-me encanta eso, tesoro, me gusta saber que solo yo provocó esto

-no solo tu lo provocas, he de aceptar que la profesora Anne también es preciosa

Catherine se separó bruscamente de ella y frunció el ceño, de repente sintió un calor recorrer todo su cuerpo, no quería convertirse, no en ese momento

-¿que dices?. - cuestionó exaltada

-que Anne también es hermosa

La rubia la pego a los estantes con arrebato y posó su mano en su cuello, Sara gimió

-no me agrada que pienses que otra mujer es Hermosa, ni que pienses en alguna otra cosas sucias. Tu mente pervertida solo me pertenece a mi, tus pensamientos solo deben ser míos. - la beso con lentitud y Sara saboreo su boca, inmediatamente comenzó a pensar cosas sucias -así me gusta, me gusta que desees que te toque o que te bese, me gusta que busques un simple roce conmigo, eres mia ¿entendido?

-si mommy

Catherine gruñó, Sara sabía cómo provocarla

-no me llames así

-¿o que?

La rubia perdió el control y la llevó hacia una de las mesas de lectura, su fuerza era sobrenatural, pero no le importaba, ni si quiera a Sara le importaba estar siendo maltratada por Catherine, solo estaba excitada, deseaba a esa mujer.
La profesora comenzó a besar su cuello y a pasar su larga lengua, Sara sólo jadeaba, se sentía extasiada.
La conexión entre aquella mujer de más de un siglo y la pequeña no tan pequeña de apenas dieciocho años, era tan notoria que las quemaba, no tenían mucho tiempo de conocerse y no querían estar juntas, pero tampoco querían estar separadas.

-no se que es lo que me une a ti, maldita sea, Sara, no puedo mantenerme lejos de ti y no puedo evitar protegerte

-¿perdón?

-no se por que no puedo alejarme de ti, si te ignore, pero estaba pendiente de ti todo el tiempo. Como aquel día en que te dolía la cabeza y estabas mareada, ¿Quien crees que mando a tu compañera para que te diera medicina?.

-¿tu hiciste eso?. - la peliazul se enternecio

-si, si me presentaba ante ti, iba a caer en tentaciones, como ahora. - tomó su cabello y lo aliso, Sara sólo hizo un puchero y la vio con cariño, después se dio cuenta de su acción y desvío la mirada

-Eso es muy lindo, Catherine, gracias. Ese día en verdad necesitaba una pastilla y estar sola

-lo sé, eres fácil de leer

-¿por qué te encelas?

La rubia comenzó a toser

-¿celosa? ¿Yo?, pfff que tonterías dices, tesoro, es imposible que yo esté celosa

-si vuelves a decirme "tesoro" te cortare las alas y te las meteré en el culo, ¿me oíste?.

-si, tesoro

-eres insoportable. - Sara se bajó de aquella mesa e hizo ademán de irse

-ya, no te diré más tesoro, tesoro

-Catherine. -advirtió

-lo siento, Sara, no por lo de tesoro, eso me divierte. Lamento haberte ignorado, ya te confesé que no puedo estar lejos de ti, pero que eso no haga crecer tu ego ¿de acuerdo?

-de acuerdo. - se acercó a la rubia y posó sus labios en los de ella, por alguna razón su boca sabía a menta, pero lejos de ser fresca, era demasiado cálida

-Es cálida por mi temperatura, por dentro soy caliente. - la miro con fingida picardia -mi piel siempre está fría, no me pidas explicaciones por que no sabría dártelas

-de todas maneras no te iba a pedir explicaciones. - se encogió de hombros -iré a dormir, tu indiferencia me agotó físicamente y hablo en serio, quiero dormir un mes por lo menos. - bromeó -te veo luego Cate

Catherine parpadeo un par de veces incrédula y sintió su ardiente corazón, bombear con rapidez. "Cate", le había dicho Cate.

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