Sara se encontraba en una camilla con suero a su lado, Catherine estaba sentada en un sofá mientras leía una revista. La ojigris había dormido muy poco, a pesar de estar enferma y lastimada, la sensación de alguien sosteniendo su cuello no se iba.
—¿que lees?
—una revista. — dijo obvia —falleció una ejecutiva en un accidente automovilístico, está revista ya es antigua, su esposa no quiso hablar sobre el tema y al parecer tiempo después se suicidó
—¿murió por amor?
—eso parece. — regreso su vista a la revista
—¿me enseñas?
Catherine asintió, se levantó del asiento y le dio la revista, Sara comenzó a hojear hasta llegar a la página en donde estaba aquella noticia
—eran bonitas
—si
Sara cerró la revista y tomó la mano de Catherine, la rubia sonrió con ternura
—aún estoy procesando el que me hayas dicho que me amas
La mujer sonrió y después negó
—se que es difícil de creer, pero creo que es importante decirte lo que siento, cuando lo siento
—supongo que si, entonces ¿me amas?
—lo hago
—yo también te amo
Ambas se dieron un beso, juntaron sus frentes y se quedaron así, juntas, siendo ellas
—lo único malo de que no seas demonio, es que ahora cada que piense en cosas sucias, tu no lo sabrás
Catherine soltó una carcajada
—claro que lo sabre, si te soy sincera, no siempre podía saber lo que pensabas. Con observarte sabía que pensabas en cosas muy sucias
—¿con observarme?
—si, tienes una mirada bastante depredadora. Además tus pupilas de dilatan demasiado, así que me era demasiado fácil saber cuando andabas de cochina
Sara se carcajeo
—de cochina. Ya eres humana, pero sigues siendo rarita
Catherine le saco la lengua y después le dio un manotazo
—grosera
—oye, ahora que eres humana, ¿cuántos años tienes?
—veinticuatro
Sara parpadeo un par de veces incrédula
—ª
Ahora fue el turno de Catherine de reír
—¿pensaste que sería alguien mayor?
—no, bueno, es que a ver, que cuando tenías ciento veintitrés años, tu experiencia en lo sexual era muy... Ya sabes
—Soy experta en el sexo
—no lo sé
—eso no cambia, tesoro
—deja de decirme tesoro. — Sara se enderezó y puso su mano en los muslos de Catherine, quien dio un respingo
—tu tienes dieciocho y eres buena en el sexo, no se trata tanto de edad, mas bien de saber en donde tocar. — alzó una ceja con prepotencia y se acercó peligrosamente a sus labios —yo se que teclas tocar
—¿por qué dices teclas?
—te vi varias noches tocarte como piano embrujado, por eso lo digo. — soltó una risilla y beso sus labios, se separó un poco y puso su mano en la entrepierna de Sara, estaba húmeda —me encanta que te mojes de esa manera. — susurro en su oído y mordió el lóbulo de su oreja, Catherine movía su mano con lentitud

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ENTRE PAREDES
FanfictionCatherine es una mujer solitaria, disfruta del café incluso cuando está frío y prefiere leer un buen libro antes que ser acompañada por alguien. Es profesora en un internado católico, aunque aquel internado era más para corregir la postura de los jó...