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Habían pasado un par de semanas, Sara sufrió un resfriado y tuvo que aislarse unos días hasta que estuviera bien, esto para evitar que sus compañeros de contagiaran.
La ojigris estaba acostada, la sabana la cubría casi hasta los ojos. Lauren, quien se encontraba preocupara por su amiga, fue a su habitación.

—te ves horrible. — fue lo primero que dijo al verla, se acercó y tocó su frente —estas ardiendo

Sara solo asintió y cerró los ojos

—te ves del asco. — volvió a repetir su amiga

—ay bueno, gracias por decirmelo. — habló lentamente

—llamaré a una enfermera

—llama a Catherine, por favor. — trato de sonreír

—esta bien. — viró los ojos y salió de la habitación, comenzó a buscar a la profesora, no fue difícil de encontrar —Hola. — saludo de manera educada —Sara sigue mal, tiene mucha fiebre, me pidió que por favor le dijera que fuera a su habitación

Catherine le agradeció y se dirigió a la habitación de la ojigris, al parecer Sara se había quedado dormida. La rubia se acercó y tocó su rostro, estaba ardiendo en fiebre

—Sara. — la zarandeo haciendo que abriera los ojos —tesoro, tienes mucha fiebre

—quizás necesito un beso. — se golpeó con el dedo índice los labios, haciendo que Catherine riera

—ni estando enferma dejas de ser una payasa, levanta tu bello trasero, iremos a enfermería. — la destapo, haciendo que a la menor la recorriera un escalofrío por el frío

—no me agrada que me destapes cuando estoy enferma. — refunfuño mientras se ponía los tenis —pero tu mandas

—hay muchas cosas que no me agradan y no me quejo, además estoy cuidando tu salud

Sara no hablo mas, ambas mujeres se dirigieron a enfermería y esperaron pacientemente a que la enfermera se desocupara. Cuando pasó a Sara, le pidió que se desnudara, lo cual horrorizo a la menor y por supuesto también a Catherine.

—no es necesario que haga eso. — la rubia se quejo

—¿usted es la enfermera?. — alzó una ceja con prepotencia —quiero que se desnude para pesarla, no es como que quiera meterle mano

Catherine suspiro y extendió la palma de su mano, dándole a entender a Sara que debía de obedecer las órdenes de aquella odiosa enfermera. Tal y como lo había dicho, pesaron a Sara, quien estaba en perfectas condiciones y sólo tenía un resfriado común.

—¿no tiene infección?

—solo es un resfriado común, supongo que la temperatura es por que no se ha alimentado bien o no ha ingerido líquidos, con reposo y una buena dieta estará bien en unos dias

—gracias. — musito Sara y salió lo más rápido que pudo de aquel consultorio

Catherine la siguió, en el camino se encontraron con la directora

—¿a dónde con tanta prisa?. — cuestionó la mujer de cabello cano

—a mi habitación, estoy enferma y necesito reposo, eso dijo la enfermera

—no creo que sea posible que vayas a tu habitación. — la directora hizo una mueca —vamos a presentar a alguien

El corazón de Catherine comenzó a latir con velocidad y trago saliva audiblemente

—ya se quien es. — se adelantó Sara —es Lucifer, ¿no es cierto?

Tanto Catherine como la directora la miraron con sorpresa

ENTRE PAREDES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora