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Cuando Sara abrió los ojos, se encontró con el cuerpo desnudo de Catherine a su lado, su piel era fría, pero no tanto como antes, ella sabía que algo había cambiado. Los primer rayos de sol se colaron en la ventana, iluminando la habitación y resaltando el color rojo de esta. La ojigris se volteo quedando de frente con Catherine y la observó, dormía o eso creía, la rubia tenía el cabello alborotado. Sara detallo cada parte de su cuerpo, repaso con sus dedos los pómulos pronunciados de aquella mujer, Catherine podía ser la peor de los demonios si ella quería, pero para Sara... Para ella siempre sería un ángel.
Paso sus fríos dedos por los labios de la mujer mayor y dejó un beso en estos, acarició su brazo de arriba a abajo, Catherine sentía todo, los demonios no solían dormir, si se cansaban, pero casi nunca dormían.
La rubia no quería admitirlo en voz alta, pero sabía que un sentimiento iba creciendo en su pecho, no podía negarlo y tampoco podía evitarlo, de nada servía.

—deberías de despertarme a besos. — murmuró con voz ronca Catherine y reforzó su agarre en la cintura de Sara —me gusta cuando me acaricias

—te gusta todo de mi

—mjm

Catherine se escondido en el pecho desnudo de Sara

—tu corazón late demasiado rápido. — murmuró contra su pecho

—solo cuando te veo o cuando estás a mi lado

—que cursi

Sara jugaba con un par de mechones rubios de Catherine, de vez en cuando también besaba su cabeza

—¿Alguna vez te has enamorado?. — cuestionó Sara

—no

—¿ni si quiera en tu anterior vida?

—no, tuve hijos solo por que era lo correcto, estar soltera a los veintitrés era algo embarazoso en esos tiempos y no tener hijos, pfff era como si cometieras el peor de los delitos

—no sabes lo que es estar enamorada

Catherine negó, aún estaba recostada en el pecho de Sara

—supongo que estar contigo se asemeja

—¿A que?

—a estar enamorada, no exijas demasiado de mí

—no lo hago

—aún sigo siendo demonio

—lo sé

—Soy peligrosa

—también lo sé

Catherine acarició la espalda de Sara haciéndola estremecer

—eres muy guapa

La ojigris sonrió

—no sueles decirme muchos cumplidos

—mis mejores cumplidos son cuando mi lengua está en tu vagina

—ª

La subdirectora soltó una carcajada, la cual hizo que el corazón se Sara se acelerará aún más, amaba cuando Catherine reía.

—¿hay algo que te de miedo de mi?

—no, hemos tenido conversaciones parecidas antes y siempre te digo que no te tengo miedo

—me sigue resultando extraño

—lo sé, estas acostumbrada a que todos te teman

Catherine negó un par de veces y sorbio su nariz, cada día se sentía más humana y eso en vez de aterrarla, la hacía sentir bien

ENTRE PAREDES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora