ENTRE PAREDES

15

Habían pasado veintidós días, para la mala suerte de Sara, entraron más alumnos nuevos, a diferencia de ella, los de nuevo ingreso si eran cristianos.
Tiffany, una de las tantas chicas que entro, se acercaba a la ojigris para todo, las cosas que explicaban los profesores no le quedaban claras y eso a Sara le molestaba

—Sara, ¿me pasas la pregunta tres?

La muchacha viró los ojos y le extendió su cuaderno sin que el profesor se diera cuenta

—gracias

La peliazul seguía respondiendo sus preguntas, en cuanto terminó su actividad alzó la mano, el profesor se acercó a ella y le calificó. Aún faltaban quince minutos para que la clase terminara, así que se recargo en la mesa y escondió su rostro entre sus brazos, cerró los ojos y suspiro, por alguna razón desconocida, el insomnio la estaba consumiendo y por no dormir toda la noche, en el día su energía se veía afectada.
Tiffany tocó el hombro de la muchacha haciéndola brincar en su lugar

—oye

—¡por dios, Tiffany!. — exclamó molesta, haciendo que todos posaran su vista en ella —¿que mierda quieres ahora? ¿Te llevo al baño? ¿Te limpio el maldito culo? ¿Te baño? ¿Te hago la tarea o quieres que te de comer en la maldita boca?. Estoy harta, todo el tiempo quieres que te enseñe a hacer cosas que son básicas, hasta un puto bebé puede hacerlo mejor que tu

—señorita Walker, salga y vaya a dirección. — el profesor la miró por encima de las gafas y alzó las cejas

Sara se levantó de su asiento, tomó sus cosas y se retiro. Fue hacia dirección y tocó la puerta

—adelante

La muchacha entró

—¿que hiciste ahora Sara?

—decirle a Tiffany que es una inútil, básicamente

—tu comportamiento en vez de mejorar, está empeorando. Si sigues así tendrás que quedarte más tiempo

—me importa poco si me quedo aquí toda mi maldita vida. — habló malhumorada

—¿que es lo que te sucede?, tu nunca estas de mal humor

—no me pasa nada. — desvío la mirada

—Sara, soy tu directora, no tu amiga. Pero realmente me gustaría saber ¿que sucede?

—siento que. — cerró los ojos y negó —no he podido dormir, es solo eso, supongo que no descansar bien me pone de malas

—¿sabes que se cuando mientes?

Sara asintió

—y aun así lo haces

—no puedo confiar en usted

—¿Quien dice que no?

—Es mi directora, bueno la directora de este lugar, es un ángel y no sé, todo esto a veces me resulta extraño

—¿convivir con ángeles y demonios te parece extraño?. Es normal, de todas maneras, aunque tu te vayas de este lugar seguirás conviviendo con ellos. Todas las personas sin excepción tienen demonios, hay gente que es tan buena que sin lo mas parecido a un ángel. A ti te pasa otra cosa

—no me pasa nada ¿puedo irme?

La directora asintió

—vas a limpiar el teatro y la biblioteca, ese será tu castigo

—pensé que sería más severa

—¿quieres un castigo más feo?

—no