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Sara estaba recostada encima de Catherine, el sexo habia acabado, pero ambas mujeres querían sentir su piel.

—eres muy suave

—no soy suave. — Catherine susurro —soy muy áspera

—tocarte es como tocar la seda. Me encanta tu piel. — acarició su hombro y la rubia cerró los ojos

—¿que me estas haciendo?

—lo mismo que tu me haces a mí. — Sara sonrió y observó el rostro de Catherine —no cabe duda de que eres celestial

—¿por?

—cuando estoy a tu lado es como sentirse en el paraíso, se que eres una demonio, que no sé, igual y vivías en el infierno. No tengo idea de nada de eso, por que me basó en las series y películas de netflix. — la profesora rio —pero me das paz, dejando de lado la excitacion que siento cuando te veo, cuando estás cerca de mi dejo de pensar, la mayor parte del tiempo todo en mi cabeza da vueltas, pero de repente llegas y todo está en su lugar. No se como le haces, si son poderes o si realmente es solo tu presencia

Catherine pestañeo un par de veces incrédula por las palabras de Sara, sin duda ella también sentía paz cuando estaba con ella

—no te enamores de mi. — la mujer arrugó su nariz —no lo hagas Sara, tienes dieciocho años y mucha gente espera que te enamores de ellos y ellos deben de enamorarse de ti

—no me interesan los demás, me interesas tu

La demonio suspiro y volteo su rostro

—no puedes enamorarte de mi

—¿por qué?. — Sara sentía que su corazón se estrujaba

—por qué tendría que enamorarme de ti y no se como hacerlo.

—no tienes que corresponder mis sentimientos

—Soy celestial Sara, te he dicho antes, fui diseñada para destruir y no quiero destruirte, no a ti

—¿por qué crees que vas a destruirme?

Catherine tomó una bocanada de aire, cerró los ojos y dejó su forma humana, Sara aún seguía encima de ella, apenas y se había movido. Los ojos de la subdirectora eran tan rojos que podías reflejarte en ellos

—Soy esto, mi creación se basó en muerte, destrucción, corrupción y pecado. Tu Sara, pareces estar llena de pecado, pero en realidad sólo eres joven, tu buscas hacer cosas malas y romper las reglas y es completamente normal por tu edad

—tu no eres grande. — habló la muchacha sin pensar

—tengo un siglo con veintitrés años

—bueno, si eres grande, pero sabes a lo que me refiero, tu forma humana es joven

—lo es, de todas maneras tienes que vivir mucho

—y vivo mucho, no me pidas que me aleje de ti, no lo haré

—no te pediría tal cosa, solo no quiero que te enamores, esto es solo sexo. — dijo de manera fría y es que Catherine sentía eso —no hay amor o cariño, no de mi parte

La ojigris la miró sopesando sus palabras y asintió

—de tu parte no hay sentimientos, pero por mi parte si. No puedes darme este discurso cuando tu fuiste quien se acercó a mí

—yo no me acerque, mi deber en este internado es impartir clases e información, tu fuiste la que estuvo de impertinente desde el inicio, percinandote al revés, pensando en cosas sucias, husmeando en el lugar. Tu fuiste quien me busco

—creo que en realidad ambas nos buscábamos sin querer hacerlo

—a veces hablas de manera extraña, Sara

—tu no me buscabas y yo no te buscaba, pero de todas maneras nos encontramos

—no sabes lo que dices

—claro que si

—no me gusta esta faceta tuya de chica filosófica

—te gusta mas cuando mi lengua está en tu vagina, pero no solo es sexo, Catherine, también hablar es bueno

—no se hablar sobre lo que siento, por que en realidad no tengo sentimientos

—los tienes, no importa que no sean de amor, pueden ser sentimientos de odio, pero de todas maneras los tienes

—si yo me enamoro de ti, Sara, perdería mi forma celestial. En el infierno nadie se enamorá y nadie salía de ese lugar, pero las cosas cambiaron y bajamos muchos demonios para corromper a la humanidad, pero en el proceso han habido demonios que se enamoraron y dejaron de ser celestiales, se convirtieron en simples mortales. Yo no quiero enamorarme de ti

—no lo hagas. — la chica acarició su rostro —no lo hagas si no quieres, nadie puede obligarte a enamorarte de alguien, esas cosas simplemente suceden

—antes de conocerlos a ustedes en carne y hueso, yo creía que tenían un manual para todo

—ojala fuera así, la vida sería más fácil, digo si hubiera un manual para mi vida, hubiera seguido todas las instrucciones para no cagarla. — sonrió —pero no es así, cometo errores y estoy bien con ello, se que parezco perfecta, pero no lo soy

—eres perfecta físicamente. Como humana si eres un asco

—¡oye!. — la muchacha se quejo y pellizco el trasero de Catherine —¿Quien Eres?

—¿te refieres a mi nombre real?

La chica asintió

—Soy Catherine, mi nombre siempre ha sido Catherine

—¿incluso cuando fuiste humana años atrás?

—Si

—¿a que te dedicabas en tu primer vida humana?

—era cantante. — confesó tímida —estaba casada con un hombre llamado Ashton, tuve cinco hijos

—por lo que veo te gustaba mucho follar

—¿a quien no, tesoro?

—sigue en pie eso de cortarte las alas y metertelas en el culo, si me sigues diciendo tesoro

—en fin, te decía, tuve cinco hijos. Morí por una sobredosis y fui al infierno, digamos que estando en ese lugar nuestro primer soldado caído fue lucifer, quien vino a la tierra y se enamoro, así que no podía reinar más. Yo soy la que está a cargo, aunque como estoy aquí deje a luciana supliendome

—tienen nombres raros

—si

Ambas guardaron silencio

—no importa si jamás me llegas a amar, Catherine, siempre voy a creer que nos encontramos sin planearlo y sin quererlo

La rubia volvió a su forma humana, beso la cabeza de Sara y aspiro el olor de su cabello, olía a lavanda.
Después de eso, la ojigris cayó en los brazos de morfeo estando en los brazos de Catherine, la mujer, la demonio por la cual estaba verdaderamente cayendo.

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