Recuerdos del ayer

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Los tres jóvenes se encontraban cautivados con aquella chica, tan alegre y natural.
Toda vez que la señora Elroy Aldray ( tia abuela de los jovencitos) se dirigía a Joliet,Illinois se ofrecian a acompañarle y en cuanto podían se escabullian en busca de Candy.

-Entonces, ¿No tienes padres?- preguntaba Anthony-.

-No les conocí, no sé si esten con vida o no, sólo sé que fuí abandonada a las puertas de la casa hogar.

- ¿Cómo es que eres tan feliz?- Archie cuestiona con sinceridad-.

-Muchachos no la hagan hablar de eso- les retaba Stair-.

- No te preocupes, Stair, no me molesta. Tengo dos madres amorosas y eso me hace feliz. También tengo muchos hermanitos ( refiriendose a sus compañeritos del hogar de Pony) con quienes compartir aventuras.

La señorita Paulina está despidiendose de su cliente y llama a Candy con la mano.

- Me tengo que ir, me alegra haberles encontrado.

Ellos le brindan una amplia sonrisa.
Anthony se atreve a preguntar:

- ¿Te gustaría ser adoptada?, es decir, si una familia se interesara en hacerlo. ¿Aceptarías?

-¡Por supuesto!- respondió la joven con un brillo especial en los bellos ojos verdes.

La observaron hasta que se perdió de su vista, de pronto Stair reacciona.

-¡La tía ya debe haber terminado sus diligencias!, ¡vamos muchachos!

Salieron corriendo tan rápido como pudieron, la mujer ya les esperaba con cara de pocos amigos.

- ¿Dónde estaban?, quedamos que aquí nos veriamos. Creo que no volveran a acompañarme.

-Tía, disculpanos, estabamos buscando unas cosas que necesitamos, verdad muchachos- decía Archie con cara de niño bueno-.

Sus acompañantes movieron la cabeza en un gesto afirmativo. La mujer sonrio al verles, les adoraba y aunque su aspecto era de una mujer dura con ellos no podía serlo.

Anthony y sus primos acordaron enviar una petición al presidente de los Aldray para que adoptara a Candice. Días después, George el secretario del señor William se comunicaba con la señora Elroy.

- Stair, Archie y Anthony, el señor William me ha solicitado reunirme con el en Londres, por favor, espero que se porten muy bien.

-No se preocupe tía, no tendrá queja alguna-Stair presentaba su mejor sonrisa mientras declaraba estas palabras-.

-¡Eso espero, eso espero!- repetía la mujer en tono divertido-.

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Londres,Inglaterra.

-¡Bienvenida, señora!, el señor William se encuentra en el despacho.

-Gracias George. ¿Cuál será el asunto que desea tratar?.

En esa reunión William A. Ardlay le informa a Elroy sobre la petición de los tres jóvenes y que él lo ha autorizado. Ella no está nada complacida con la idea, pero accede a regañadientes.

-¡Bien! Se hará pero será a mi manera, la recibiré bajo tutela. Si fuera mas pequeña no dudaría en darle nuestro apellido, pero es una adolescente y es mejor tener cautela. Espero que no tenga consecuencias negativa el acceder a este capricho de niños.

-Será muy positivo para ellos, lo sé.

-¡No digas más!, que George se encarge de los tramites y en cuanto esté todo listo firmare la documentación- decia con el gesto serio-.

-¡Gracias!- tomaba las manos de la señora entre las suyas-.

-¡Basta!, sin adulaciones, sabes muy bien que tanta emotividad no es apropiada.

Pasado un tiempo, la señora Elroy se había convertido legalmente en la tutor de la chica. Candy viajó a Chicago para vivir con los Ardlay.

-Falta muy poco para que este ciclo escolar concluya, así que me aseguraré de que seas instruida debidamente en casa por este tiempo.
He visto tus notas,-arquea la ceja, mirando mirando fijamente a la muchachita-no son malas, pero tan poco son las ideales para un miembro de nuestra ilustre familia. Deberás poner todo tu empeño apartir de ahora.

-¡Si, señora!.-decía con entusiasmo-.

- Además te instruiré para que cuando ingreses al colegio, puedas comportarte a la altura. Este verano lo pasaremos en Lakewood, el ambiente de campo les sentará bien a todos ustedes. Debemos ir a comprar ropa adecuada para ti, como no sabía a ciencia cierta tu talla compre muy pocos vestidos.

Elroy le acompañó el día siguiente para elegir los atuendos de la joven. Mas tarde con la ayuda de Dorothy (dieciocho años) una de las empleadas más jovenes, arreglaban a Candy.

-¡Me he quedado sin palabras!, eres muy linda Candice- decía con satisfacción-. Algún día te convertiras en una candidata aceptable para un miembro de la familia. Sólo debes esforzarte.

Candy se sonrojaba al oir aquellas palabras puesto que sentía un cariño muy especial por Anthony. Cuando los muchachos la vieron, se quedaron boquiabiertos de la impresión, lucia tan bella que parecía que estaban soñando.

Los días pasaron muy rápido y Candy se esforzaba por complacer a su benefactora.

-¡Muy bien, Candice! Hay algunos detalles que pulir pero es comprensible. Necesitaras amigas de tu edad, inicaremos las vaciones con una cena, conocerás a dos jovencitas adorables: Eliza Legan miembro de los Ardlay y Annie Brigthon hija de una de las familias más reconocidas de Chicago. Ellas estudian en el mismo colegio al que asistiras.

Todo era muy bello, el día de la anunciada cena, Annie era muy cortes aunque bastante tímida, Eliza por otro lado no podía dejar de mirar a Candy con desden al igual que su hermano Neal, aunque en presencia de los adultos parecian ser muy amables.

Ese verano fue maravilloso, se encontraba cada vez mas unida emocionalmente con Anthony. Eliza se había percatado de aquello y no le agradaba en lo absoluto ya que ella también estaba muy interesada en Anthony.

En cuanto Candy ingresó al colegio, el infierno se desató. Eliza y Neal se las arreglaban para hacerle bromas de mal gusto y también para difamarla, logrando con ello que la joven solo contara con la amistad de Anthony y los Cornwell, incluso Annie que parecía sentir agrado por Candy, ante la presión social optó por evitarla.

La buena impresión que Candy había causado en la señora Elroy fue cambiando debido a las intrigas de Eliza.

-¡No sé en que momento, me dejé convecer!, ¡eres una salvaje!, me he esmerado por tratarte como a un miembro más de esta familia, y me has decepcionado.

Candy solo escuchaba con la mirada baja, con los puños apretados, quería defenderse pero sabía muy bien que Eliza había destilado mucho veneno en su contra.

El invierno llegó y con el muchas expectativas de lo que sucedería en esas vaciones.

-Esta navidad, te enviaré al hogar de Pony. Te servirá para que medites en tus acciones. Espero que regrese la jovencita con la que conviví los primeros meses- hablaba friamente-.

-Gracias, señora Elroy.

Esa navidad aún cuando la pasó lejos de Anthony fue muy bella, el reunirse con sus seres amados del hogar de Pony le dio fuerzas suficientes para soportar lo que en adelante se presentará. Sabía que no estaba sola sus amigos la apoyaban y confiaban plenamente en ella.

Continuará....

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