Solo tú

¡Tú!

—¡Candice!- grandemente sorprendida- Así que eres tú- lo dice lentamente como si le costara hilar las palabras-.

Ellos se miran el uno al otro no saben que esperar, toma su mano para brindarle confianza, nada ni nadie lo alejará de ella nuevamente. Son su familia y enfrentará al mundo entero si es necesario.

—Jamás imaginé que serías tú- parece que su voz la abandona, toma un poco de aire-. No pueden vivir en concubinato-un poco más enérgica- deben casarse cuanto antes.
Gracias por darle un heredero a la familia Candice- esboza una leve sonrisa al hacer contacto visual con la joven- no es como imaginaba que sería esta etapa en la vida de William, pero ya está hecho. Llamaré al personal para que preparen las habitaciones.

William se acerca para tomar de nuevo a su hijo entre sus brazos.

—Gracias tia, regresaremos a Naperville.

— ¿Entonces no se quedarán aquí?-aún cuando la entonación es la de una pregunta parece más bien una orden-.
El pequeño William estará muy cómodo, tendrá todo lo necesario en su habitación.

—Es muy amable de su parte, señora pero...

—Tia Elroy, no lo olvides. Serás la esposa de William.-levanta una ceja, ha recobrado su potente voz- es así como debes llamarme a partir de ahora.

—Debemos regresar tia. Gracias por tu generosa oferta. Pronto estaremos aquí. Prepararé todo para casarnos antes de que Stair y Archie partan a Inglaterra. Será un reunión íntima.-informa William-

—Entiendo. Después debemos presentar tu familia al consejo, es probable que no les agrade como hicistes las cosas-habla con resignación- Las señoritas del clan deben saber que el patriarca no está disponible.
Lamento que no puedan tener una gran celebración nupcial, pero en vista de como se dieron las cosas es mejor así. Debemos evitar las habladurías. Una vez que legalicen su unión nadie podrá reprochar ni señarles- es claro que le disgustan que no hicieran las cosas de la manera tradicional, pero aún así les apoyará-.

—Gracias tía, debemos marcharnos- le da un beso en la mano como despedida-.

—Buen viaje- se acerca a Candy y le ofrece su mano- espero que pronto pasen unos días conmigo.
Creo que podemos darnos la oportunidad de conocernos, han pasado muchos años ya. Ambas hemos cambiado.

—Estoy dispuesta señora.- Elroy levanta una ceja como reprochando- Lo siento, Tía.

—Así está mejor.William... Realmente es muy bella, la madre de tu hijo.

Él le devuelve una sonrisa como respuesta.

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Al llegar a Naperville, Vicent les recibe con gran alegría. Fue Candy quien condujo de regreso, Aiken parece disfrutar del cálido pecho de su padre, ha encontrado en sus fuertes brazos la cuna perfecta.

—Llevenlo a su cuna, se va acostumbrar a los brazos- les dice el abuelo- la cena ya está lista.

Después de cenar se retiran a su habitación, el abuelo hizo cambios, ha trasladado la cuna a un cuarto contiguo a la recámara de Candy y ha traído un monitor para que ella pueda estar pendiente del pequeñito desde su habitación.

—Papá, yo no me he separado de él- dice angustiada-.

—Tranquila, va a estar bien. No debe estar en la misma habitación que ustedes y debe aprender eso desde ahora.

Se preparan para dormir, Candy lleva puesta la camisa que tomó en la ocasión que Albert desapareció en lugar de la pijama, al verla no puede evitar sonreir con coquetería.