Felices veinte

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🎶 Feliz cumpleaños a ti
Feliz cumpleaños a ti
Feliz cumpleaños querida Candy
Feliz cumpleaños a ti🎶

Vicent acompañado de Dorothy entraban a la habitación de Candy. Este día cumplía veinte años. Habían pasado un poco más de dos meses desde que Dorothy cumpliera sus veinticuatro años.
Con dificultad abre los ojos de a poco cuando encuentra los rostros sonrientes de su Padre y de Dorothy quien estaba a su servicio pero para Candy era una especie de hermana mayor.

-¡Mil gracias, por el detalle!, gracias.

-El sábado tendremos una reunión en tu honor, para que pueda acompañarte tu amiga Paty.

-¡Gracias!, ¡Muchas gracias!- se levanta de inmediato de la cama y corre a abrazarle-.

-Si deseas invitar a alguien más, puedes hacerlo-le decía con una gran sonrisa-.

- ¿De verdad?, ¿A quien yo quiera?-sus ojos verdes estaban fijos en su padre-.

Vicent entendió el sentido de aquella pregunta.

-Le diré, pero también le diré a Cookie imagino que a cierta chica le hará feliz verlo- voltea hacia Dorothy con una sonrisilla de broma- y obviamente a Charlie.

-Sí está bien. Gracias papá.

Tres días después muy temprano ( o al menos para Candy era temprano ) Dorothy entraba a la habitación con unos vestidos.

-¡Vamos! ¡Arriba Candice!, hay mucho que hacer.

Candy se estiraba con pereza y bostezaba.

-Quiero dormir otro ratito.

-De ninguna manera, estos son los vestidos que te gustaron más, estan lavados y planchados. Te espero para que desayunes. Reserve una cita en un spa y después iras a una estética. Es tu día y debes lucir magnífica.

-Yo prefiero dormir un poco más- decía como si lamentara la agenda que le habia planeado su amiga-.

-Eres miembro de una ilustre familia y tu apariencia siempre debe ser de lo más pulcro. No lo olvides. Porque no siempre me tendrás. Tu amiga Patricia llegará dos horas antes de la reunión. Ya informé al chofer para que esté a tiempo para recogerla.

-Gracias por todo Dorothy, eres admirable- la abraza efusivamente-.

-Recuerda que estando en casa estas expresiones son aceptadas pero si la señora Elroy estuviera presente lo reprobaría.

- ¿Será posible que siempre tenga que preocuparme por lo que la señora Elroy aprueba o no?

-Mientras ella esté representando al señor William sí. No sabemos que tipo de persona sea él quizá sea más estricto o puede ser más indulgente no lo sabemos.

Se dio inicio a la agenda del día, el spa era una maravilla, Dorothy tenía un talento especial para ese tipo de cosas, fue una experiencia vigorizante tener un momento para relajarse.
Llegó a casa con un espíritu renovado y se preparó para acudir al salón.
Cuando Dorothy fue a recogerla su rostro reflejaba satisfacción con los resultados obtenidos.

-¡Perfecta!, estás bellísima, tal cómo corresponde a una señorita de tu posición- A Candy a veces le molestaba que Dorothy fuera tan ceremoniosa-. Estas muy callada, usualmente eres una parlanchina difícil de silenciar.

-Sólo prestaba atención a tus consejos- no era cierto, pensaba en poderse librar un momento de la supervisión y buscar a su amado-.

Los segundos se convirtienron en minutos y estos en horas, Paty arribaba a la casa.

-¡Candice!, ¡Estas muy linda!, ¡Felices veite amiga!- la abraza fuertemente-.

-Gracias amiga. Te he extrañado mucho. No has venido a Londres.

-Tu podrías ir a visitarme pero tampoco lo haces, así que no me reclames- sonría divertida-. Estoy comprometida con mi carrera y me absorve un poco- admitía ligeramente sonrojada-.

-Bien amiga, entiendo. Igual me he saturado de actividades. Agradezco mucho que estés hoy aquí.

Conforme las agujas del reloj seguían su curso imparable los pocos invitados fueron llegando.

Cuando Albert la vio, quedó aún más cautivado por la luz que irradiaba, se le veía feliz y hermosa.

La observaba conversar alegremente con otras chicas, sus ojos se encontraban en ocasiones, había una mágica comunicación no verbal, sus sonrisas eran besos, sus miradas abrazos y caricias

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La observaba conversar alegremente con otras chicas, sus ojos se encontraban en ocasiones, había una mágica comunicación no verbal, sus sonrisas eran besos, sus miradas abrazos y caricias.

Vicent disfrutaba de la reunión y se gozaba al ver a su protegida tan feliz, solo por eso permitió que bailara unos minutos con Albert, pero había algo que lo hacía sentir inquieto. No quería que permanecieran más tiempo en el mismo lugar así que se retiró por unos breves minutos a su despacho-después de dar la bienvenida a los invitados como correspondía-con la intención de enviar el mejor de los informes sobre el chico asegurando que estaba listo y que él agradecía el apoyo requerido pero que ya no era necesario. Cuando salió Candy presentaba a Paty y Albert.

-Mucho gusto Albert, gracias por apoyar a Candy, me alegra que encontrara un buen amigo- de pronto sus ojos se posaron en el anillo que llebaba- ¡wow que lindo detalle!, ¿Es un anillo de promesa verdad?- el joven asintió con una sonrisa-.

Vicent se acercó como atraido por la conversación.

- ¿Qué es eso de "anillo de promesa" Patricia?

-Es una especie de moda papá- intervino Candy- Paty ven, hay algo que deseo mostrarte- se la llevó lo más rápido posible antes de que sin querer los pusiera en evidencia-.

Al llegar a la cocina le da un buen pellizco en el brazo, Paty no entendía que había hecho mal hasta que Candy le mostró su mano, ella tenía la otra parte de la alianza, Paty abria sus ojos con asombro y se cubría la boca con la mano para no gritar de emoción.

-¡Candy! Me tienes sorprendida- susurraba- cuántos secretos tienes amiga.
Oye es guapísimo, su sonrisa me recuersa a Stair.

-No, como crees. No se parecen. Bueno... Los Cornwell son unos jóvenes maravillosos y Albert también lo es.
Vamos a regresar antes de que papá sospeche que le oculto algo. Ayudame a llevar unos bocadillos- le guiña el ojo-.

En la noche cuando la reunión terminó las muchachas no podían conciliar el sueño. Hablaban en susurros para evitar que algún oido curioso las escuchara detrás de la puerta.

-¡Ay Candy, mi corazón sigue latiendo aceleradamente!, aún no puedo creer que lo que vi en la cocina fuera real. Creí que me hiba a desmayar de solo pensar que alguien les pillara.

-Fue solo un beso- se rie discretamente tratando de no hacer ruido- tu me entiendes, ¿Cierto?

-Lo entiendo, es muy difícil estar tan lejos, solo ten cuidado por favor.

-Tranquila, Paty. Lo tendré.

Después de un par de horas el sueño las visitó.
Al día siguiente Paty partía de regreso a la zona universitaria.

-Gracias por invitarme, me divertí mucho.

-Te agradezco tanto que vinieras- la abrazaba con cariño-. Buen viaje amiga.

-¡Hasta luego, Señor Brown!, gracias por todo.

-¡Hasta pronto muchacha!.

Continuará...

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