Entre Mundos (Capítulo 39 - Segunda Parte)

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El Papa observaba atentamente a Marcos que miraba fijamente la pantalla. Vio que abría los ojos con desmesura como si algo le hubiera sorprendido o asustado y acto seguido comenzó a sudar. Le puso una mano encima de la suya para ver si se encontraba bien y la notó muy caliente y que su cuerpo temblaba. Aquello empezó a no gustarle y gritó al Cardenal para que entrara en la Sala.

Encontraron al Santo Padre inclinado sobre el cuerpo de Marcos que parecía no reaccionar. Les apremió para que le trajeran agua y llamaran a su médico personal.

Manuel se acercó y le dijo al Papa que le dejara probar una cosa. Se inclinó sobre su amigo y le hizo la señal de la triple cruz pequeña, en la frente, en la boca y en el pecho.

Marcos comenzó a reaccionar y parecía que volvía del trance en el que había estado. 

- ¿Cómo sabías hacerle reaccionar? -  le preguntó el Papa a Manuel. 

- Hubo una vez en el poblado africano que le hallé en una gran roca, donde él solía ir a meditar, tumbado, sudando y temblando como ahora. Intenté hacerlo reaccionar pero no podía y se me ocurrió hacerle la triple cruz para protegerle del mal que le podía estar afectando y funcionó. 

- ¿Qué ha ocurrido? – preguntó Marcos que ya estaba plenamente consciente. 

- ¿Te encuentras bien? – quiso saber el Cardenal y Marcos asintió. 

- De todas formas que le vea el médico – dijo el Santo Padre. 

- No hará falta, estoy bien. He visto algo. ¿Puedo hablar? – le preguntó mirando al Sumo Pontífice. 

El Papa dijo a los presentes que le había puesto el vídeo del Presidente a Marcos y cuál había sido la reacción de éste pero no reveló nada de su conversación privada.

Asintió mirando a Marcos para que explicara lo que había visto. 

- Cuando miraba las imágenes del Presidente, le veía a él, a su cuerpo, pero de repente es como si mi mente hubiera hecho un acercamiento hacia él y he visto su interior. Dentro de él he notado dos presencias. La primera, era de un chico joven con mucha rabia e ira en su interior, al que he visto acompañado de un demonio que le protege. He podido adentrarme un poco más y le he visto entrevistarse con un gran demonio que respondía al nombre de Satán y ahí, de repente he visto al demonio protector, he visto un fogonazo, y he notado cómo era expulsado pero seguía en la mente del presidente porque he aparecido en unas montañas donde había una casa en un claro y en su interior he notado la segunda presencia. He llegado a la casa y he llamado a la puerta pero cuando ha empezado a abrirse, he vuelto. 

- ¿No has visto quien estaba en la casa? – preguntó el Cardenal. 

- No. Aunque creo que era el Presidente, pero no estoy seguro. 

- Entonces eso solo puede significar una cosa, y es que el Presidente está poseído por un demonio. – afirmó el Cardenal. 

- No sé si se trata de un demonio, todavía. – dijo Marcos. Pero lo que sí sé es que este chico me recuerda a alguien pero no alcanzo a saber de quien puede tratarse. 

- Loreto, manda a nuestra guardia secreta a que investiguen al Presidente español. Obvia decir que la discreción es muy importante, y de paso acompaña a Marcos a que lo visite nuestro médico y que te explique por qué tarda tanto en acudir a nuestra llamada. 

Su Santidad se retiró a sus habitaciones, solo, y le anunció a su mayordomo personal que no fuera molestado. Se sentó en su gran sillón y puso los pies sobre un puff que tenía delante, cogió un bloc de la mesita de su derecha y comenzó a escribir sus reflexiones sobre lo que había acontecido hacía unos instantes. 

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