Algo depravado y Delicioso

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—¿Estás seguro de esto?

—¿Seguro? No, pero quiero dejarlo pasmado... ¿Qué pasa si él ya no siente la misma atracción por mi? ¿Leiste su último libro? No aparecía el bailarín que le da inspiración y solo se trataba de una historia de un matrimonio que después de quince años de matrimonio viven una infidelidad.... Todos saben que si hubiera posibilidad de haber infidelidad sería él porque es demasiado candente.

Jimin dejó escapar un suspiro, su amigo volvía a sus estúpidas decisiones dementes y no siempre resultaban como su primer demencia. Aún recordaba a su loco amigo de veinte años que decidió perder la virginidad con un extraño que resultó ser un escritor alienígena pervertido, como lo llamaba Jimin, tenían quince años de casados con una hija que era el demonio encarnado Young-Mi, una copia maldita de su padre al igual que la mayor llamado Dongpyo de trece años y un pequeño de diez años llamado Tae-hyun, el único que se parecía a su padre Hobi.

—En mi humilde opinión no hay nadie más sexy que tu tío, Hobi.

—Gracias Soobin,... ¿Soobin?- Ambos voltearon a la parte trasera del auto encontrándose con Soobin de trece años hijo de Jimin y Jungkook, su otro hijo era YeonJun. Soobin tenía un micrófono y un intercomunicador, comía palomitas mientras vigilaba.

—¿Qué demonios haces aquí, Jeon Soobin?

—La diosa me pidió vigilar al tío Vainilla por si los zánganos lo acosaban.

—¿Desde cuándo las órdenes de Kim Young-Min son más importantes que las de tus padres?

Soobin tragó en seco y hablo quedito al micrófono. —Súbdito a diosa me han descubierto... No podía esconderme en el maletero...—Hizo gesto de indignación y luego gritó.—No soy un idiota.

Ambos vieron a Soobin y este sonrió, luego se colocó una manta. —Finjan que no estoy.

—¿Bueno Hoseok bajarás o no?

—Yo lo haré, por mi matrimonio ¡lo haré!

Mientras en la casa de los Kim Young-Min maldecía a su primo Soobin, mientras Dongpyo la veía con una mirada reprobatoria. — Te dije que debía ir yo, el hijo del pez globo jamás es discreto, hasta un elefante con tutú pasa más desapercibido que él.

—Déjamelo a mi y verá con cuántas papás se hace un caldo... No me enojaré ya que mi belleza no puede empañarse, pero cuando lo vea ....

—¿Cuándo veas a quién?

Los dos chicos vieron a su padre Taehyung entrar a la sala de mando, como le llamaban al cuarto de juegos, se lanzaron a sus brazos y gritaron eufóricos. - ¡Papá!

— ¿Cómo están mis retoños de Vainilla?

—So Good, Dad.

— ¡Oh! Dong ya aprendió inglés.

—Olvídalo padre solo logró aprender esas tres palabras. Puede ser ingenioso como tú, pero para los idiomas es un asco.

Taehyung sonrió al ver a sus hijos, los amaba con todo el corazón, eran fruto de sus momentos más ardientes de inspiración. Tae-hyun, su hijo menor, llegó corriendo y lo abrazó, los cuatro empezaron a hablar de lo que habían hecho durante la semana. Taehyung había ido a una gira por el aniversario de su libro Kiss Me Quick, tenía dos semanas sin ver a sus hijos e hija. Pero lo que más deseaba era ver a su Vainilla.

—¿Mi vainilla?

—Salió con el enano nalgón, iban muy misteriosos.

—¿A estas horas?

—Para mi es culpa de ese cachetón, él lo corrompe.— dijo Dongpyo.

— ¡Vaya vaya! Mis hijos lanzándome hate.

Kiss me QuickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora