00▪︎ Apegos

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Louis Tomlinson es el tipo de hombre al que nadie quiere cruzarse, es cruel y despiadado, demasiado dominante a comparación del resto, pero Harry no es como el resto, a él no le importa provocarlo aún cuando es mayor y más fuerte que él. Harry tiende a ser coqueto aunque el tipo es esquivo y reservado todo el maldito tiempo.

A Harry todavía no le importa, siempre está parloteando a su alrededor, sugiriendo cosas y anotando un par demás, como por ejemplo que a Louis le agrada escuchar música pero en un volumen muy bajo, también sabe que le gusta comer cuando la comida está tibia y que adora el té de piña, un poco raro pero es generalmente una cosa que hace todos los días por las tardes antes de irse a casa.

Es gruñón, molesto y demandante pero solo con Harry, lo que es un poco extraño ya que siente que nunca a hecho algo para caerle mal. Louis suele ser serio con el resto pero además de ello no hay nada, conversa por largos momentos con los clientes y con Joseph uno de los muchos empleados en la tienda.

Eso lo hace sentir triste.

Aún cuando es insistente y cree fielmente que Louis un día lo notará y pensara que es el amor de su vida. La verdad es que en el fondo sabe que nada de eso ocurrirá, al menos no en un largo—muy largo tiempo lo que es verdaderamente decepcionante, porque Harry piensa que entre más tiempo pase, las probabilidades de que él lo vea con entusiasmo disminuyen desastrosamente.

Suspira mientras observa como su chico mandón frunce el ceño a las instrucciones de una lata de atún, la cosa es genuinamente tierna, y eso podría traerle graves consecuencias a su débil corazón.

No es un secreto para nadie el enamoramiento que tiene desde, probablemente un año sobre Louis, es realmente vergonzoso saber que todos— Incluyendo Louis —lo sepan, pero con el paso del tiempo aprendió a disimularlo, o al menos intenta pensar que es así, sobretodo cuando el tipo carga cajas y las lleva al almacén, cuando sus músculos duros se tensan bajo la camisa y su cuello se ve suave y sudado, en cualquier otra persona la cosa resultaría asquerosa pero es diferente con él.

—¿Quieres que te ayude con la organización de los enlatados?— Pregunta con amabilidad mientras intenta no lucir ansioso.

Louis ni siquiera lo mira cuando asiente, de hecho ignora a Harry por casi una hora mientras ordenan lata por lata, una encima de la otra. Eso debería de molestarlo, enfadarse debería se lo más normal sin embargo él se encuentra encantado solo por estar cerca, más cerca que en cualquier otro día.

—¿Por qué estás sonriendo?— Lo escucha preguntar con los diente templados.

Harry no es de sonrojarse, absolutamente no, es más como el tipo atrevido que tiene siempre la iniciativa en las conversaciones y que no se deja intimidar, excepto que cualquier buen adjetivo que tiene su personalidad se desbarata cuando Louis está cerca, simplemente cuando piensa en él, es por eso que no debería sentirse extraño cuando tiene las mejillas incendiadas y delicadamente rojas .

—¿Por qué no?— Contradice ladeando la cabeza mientras ensancha su sonrisa.

Cuando Louis frunce el ceño, y sus ojos azules bajan por escasos segundos a sus labios, la respiración de Harry se vuelve un desastre, tratando de no morir porque malditamente el chico que le gusta esta mirándole los labios, ¡eso es más de lo que podría esperar! Ni siquiera intenta ocultar su nerviosismo, no es tonto, al menos no demasiado. Sabe que a Louis le llama la atención su estupidez, o eso había dicho Joseph la semana pasada cuando encontró a Harry llorando en el baño porque se sentía, quizás, como— muy celoso de él.

—Porque te ves como un tonto.— Louis dice finalmente, su mirada fría volviendo a sus ojos.

Harry hace un puchero lo suficientemente exagerado para que él pueda notarlo.

SEDIENTO|  L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora