21▪︎ ¿Es un adiós, o un hasta luego?

1K 148 105
                                    

El silencio comienza a sentirse como una tortura, están camino a la casa de Harry y, Louis siente que en cualquier momento podría arrepentirse de su decisión. Desde su vista periférica, observa a Harry quitarle la envoltura a uno de los chocolates que tomó de la habitación del hotel, su expresión en blanco y su estado de desolación, hace que los nervios de Louis solo empeoren. Que el nudo en su estómago se sienta cada vez peor, y que el ruido en el fondo de su mente se vuelva como un irritante grito de dolor, mientras se conducen a un posible e irreversible final.

La conversación de la noche anterior todavía se siente como un sueño. O como una pesadilla.

Louis está intentando engañarse, mentirse a sí mismo parece una mejor idea, que aferrarse al inestable sentimiento que no le permite decidir con racionalidad. Definitivamente, esto puede ser un error, alejarse de Harry se piensa tan fácil, pero duda que el proceso lo sea, sin embargo, no puede quedarse y ver como todo en conjunto se termina de joder. Ni siquiera tiene claro sus sentimientos, todo lo que sabe es que hay algo ahí dentro, en su corazón, algo que puede significar cualquier cosa.

La mañana es nebulosa y por la oscuridad del cielo, Louis deduce que las probabilidades de lluvia son altas. El sonido del viento que sopla por entre los pequeños espacios de las ventanillas, trasciende en el silencio en el que no existe ni siquiera el eco de sus voces.

-Lo siento -Escucha a Harry murmurar, cuando se han detenido frente a su casa.

Louis frunce el ceño, no lo entiende y, tiene miedo de preguntar, sin embargo, cuanto más segundos transcurren en silencio, el desespero se vuelve asfixiante.

-¿Por qué? -pregunta con suavidad, el desenfoque en sus palabras apaña la necesidad con la que necesita una respuesta.

Harry se encoge de hombros.

-Por insistir cuando sabía que tú no me querías -susurra, con la mirada en sus manos que descansan entrelazadas sobre sus piernas.

-No lo odiaba -dice, en voz baja. Y se siente atrapado entre el precipicio y, una avalancha de sensaciones que están por sobrepasarlo.

-Pero tampoco lo querías, ¿no es así? -inquiere Harry, con aire de inocente esperanza.

-Era grato y molesto, en partes iguales -dice con sinceridad. -Para mí es complicado de expresar, no se que siento por ti, no entiendo nada de lo que sucede ni en mi cabeza ni con mis sentimientos.

-Entiendo - Harry tararea en voz baja.

Louis suspira.

-No quiero que sufras, Harry -repite. -Pero al menos por ahora, lo mejor es que dejemos de vernos -miente, porque no sabe si mañana, en una semana, en un mes, o en años, podrá darle sin ataduras todo eso que él desea.

-¿Por qué? No deberías ser el único que decide, somos dos aquí, Louis - Harry objeta, dándole una mirada cargada de molestia.

Louis reprime un jadeo de exasperación, piensa en que decir, no es bueno para hablar cuando a relaciones se refiere, y ahora, incluso cuando no debería sentirse comprometido con alguien, él no puede dejar de pensar en que le debe comprensión y respeto a Harry.

Abatido, se gira para mirarle directamente a los ojos. El problema es que, en algún momento de la noche anterior mientras Harry le miraba con cierta adoración, él comenzó a sentirse manipulable. Y en este momento, mientras se miran mutuamente a los ojos, este mismo sentimiento vuelve como si se tratase de una sentencia.

-Tienes que entender que, aunque ahora tenga muchas ganas de besarte, puede que mañana lo único que quiera es que te mantengas lejos de mí -asevera.

Harry frunce el ceño, sus ojos verdes volviéndose cristalinos, Louis lo observa tragar, mientras las esquinas de sus labios bajan ligeramente.

-Lo único que entiendo es que te quiero -susurra, con voz sollozante. -No quiero estar lejos de ti, por favor, Lou -suplica, mientras se inclina lo suficiente para poder tocarlo, sin embargo, una mano en su pecho lo detiene.

-No más, mocoso -murmura. Pero Harry insiste, intenta acercarse de nuevo, y entonces, todo lo que Louis hace es alzar la voz. -Dije que ¡No! Harry -dice con firmeza.

Es lo suficientemente fuerte y autoritario para hacer que Harry se encoja debido a la vergüenza, finalmente derrotado vuelve a sentarse en su lugar.

-Lo siento -Harry lamenta, ha vuelto a entrelazar sus manos, esta vez con mucha más fuerza. -lo siento -susurra.

No hay un contacto visual, ni una palabra más, la puerta se abre y cierra con escasos segundos de diferencia, entonces Louis se encuentra a sí mismo solo, abatido y lleno de dudas, que no le permiten disipar el cúmulo de sentimientos que rebasan la capacidad con la que puede lidiar.

Quiere ir tras él, pero más allá de su propio deseo, esta el hecho de que no puede tener a Harry siempre que lo desee, sobretodo porque eso sería tomar el camino más trágico para ambos. Conducir hacia el interior de una habitación oscura de la que no puedan salir jamás, no quiere eso, quiere intentar comprenderse, entender cada cambio que está sufriendo, descubrir cuán intenso es esto que ha surgido con tanta fuerza, aprender a aceptar que nada en su vida a sido una completa realidad; adaptarse a sus nuevas emociones será tan duro que no cree que pueda pensar en los sentimientos de nadie más, no mientras sufre por no entender los suyos.

Se aleja de Harry esperando que su decisión sea la mejor, deseando poder mantenerse lejos, y aunque es inevitable que vuelvan a encontrarse por allí, Louis está decidido a respetar la distancia, todo hasta que se sienta seguro de poder brindarle algo más que intranquilidad e inestabilidad.

Cuando llega a casa, la calidez de su hogar no es suficiente para proteger del frío su confundido corazón.

En la sala se encuentra a su padre acostado en el sofá, igual de cansado y enfermo, mira la televisión con la misma calma de todos los días, hoy su piel luce más blanca y sus labios más morados, pero su mirada sigue tan pacífica y cálida como Louis la recuerda en su niñez.

El hombre parece sentirlo, porque sus ojos cansados se mueven a él, finalmente, después de analizarlo por un momento, una sonrisa comprensiva extiende sus labios, mientras se endereza hasta quedar sentado.

-Ven aquí, niño -su padre murmura, su voz gangosa y débil.

Y así, como si fuese un niño malherido que se acurruca bajo el resguardo de sus padres, Louis camina y se sienta a su lado, tiene la garganta cerrada y dolorida, sus ojos arden y el corazón le duele como si hubiese recibido un daño irreparable.

El brazo lánguido que se posa sobre sus hombros le quita el último trozo de autocontrol. Y la llovizna comienza, justo cuando lágrimas calientes abandonan sus ojos añiles.

Todos los días, después del trabajo, besa y abraza a su padre, y eso aligeraba sus penas, sin embargo, esta vez no parece suficiente; porque sigue sintiendo que el corazón le duele tan profundamente, como si no hubiese un límite al que pueda llegar para detenerse.

SEDIENTO|  L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora