07▪︎ Duras apariencias

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Sí quieren una dedicatoria en el próximo capítulo, dejen un comentario aquí, elegire a uno al azar. <3

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Harry se siente indudablemente aturdido cuando el auto se detiene por segunda vez. Parpadea desconcertado, y luego se remueve en el asiento, sabe que Louis dejó a Johan en su departamento, sobretodo por la discusión, distorsionada, que llego hasta sus odios en medio de su somnolencia. No puede recordar palabras, todo lo que hay en su mente son imágenes perdidas y palabras inconexas que no concuerdan con nada racional.

Se siente tan cómodo, abrigado y con el olor cítrico del perfume de Louis, dándole tanta insana felicidad, que tiene que regañarse mentalmente cuando se da cuenta de que había estado sonriendo como un tonto por algunos segundos.

-Eres jodidamente raro- esa voz particularmente conocida, lo hizo ruborizarse.

Se muerde el labio inferior, mientras tira de la chaqueta de Louis hasta conseguir cubrir parte del rostro, finalmente le mira por sobre la prenda, con esa sensación de calor que le cubre el pecho siempre que Louis está cerca, demasiado sensible y borracho, piensa que es una buena idea olvidarse de que han tenido infinidad de discusiones y que había prometido mantenerse lejos, sin embargo ahora, lleno de sensaciones graciosas vagando por todo su cuerpo, lo único realmente importante para su cabeza mareada es mirar a Louis, y sentirse feliz por lo que sea que esto vaya a durar.

Louis está frente al volante, mirándolo fijamente con un brillo extraño en la mirada. Tan guapo y varonil que Harry no puede dejar de sentirse tan atraído por él.

-Llegamos a tu casa - le avisa.

Quejándose interiormente Harry asiente. Recuerda, aún, lo irritante que a Louis le parece, así que no debería estarse derritiendo debajo de su abrigo, y definitivamente no debería suspirar de tristeza, porque sabe que tan pronto baje de ese auto, y su cuerpo descanse en la cama, no habrá más una cercanía entre ellos dos, nada que le permita no sentirse en la completa miseria, odia imaginarlo así, pero teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrió en las últimas semanas, Harry no se siente confiado de actuar como naturalmente lo haría, sonreírle ya no se siente igual, ahora sabe que tan desagradable puede resultarle a Louis, su estúpido apego.

-Deja de hacer pucheros- Louis murmura antes de impulsarse fuera del auto.

Sintiéndose atontado, y entrañable, suspira y aún cuando no quiere hacerlo, deja el abrigo de Louis en su lugar, y luego le sigue, torpe, y con las piernas ligeramente flojas. El frío se cuela bajos sus ropas, lo que le invita inevitablemente a abrazarse a sí mismo. Reprime las palabras que flotan en la punta de su lengua mientras observa al tipo inigualable por el que ha perdido la vergüenza, no se arrepiente, puede volver a vivir cada pequeño momento de los que vivió alrededor de Louis, sus desplantes, miradas hirientes, sus palabras venenosas, todo, cada espacio que fue llenado por su presencia fue indudablemente su peor y mejor experiencia. Sí, quizás se siente un poquito masoquista, amante del dolor, pero es lo único que realmente conoce, desde que se descubrió, desde que se aceptó abiertamente, para Harry esta bien.

-Las llaves - Louis precisa con una de sus manos extendida.

Como si el destino estuviese empeñado en ponerle trabas constantemente, las luces de la casa se encienden.

-Es mejor que te vayas- Harry murmura, palpando sus bolsillos con nerviosismo, se a puesto hilarantemente pálido, y su expresión es tan distante a la risueña de solo minutos atrás.

Pero cuando se gira, Louis sigue de pie en el mismo lugar, con el ceño fruncido y la cabeza, levemente, ladeada. Observándolo fijamente como si intentase adivinar algo.

SEDIENTO|  L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora