09▪︎ Deber obediencia

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Primera ♡

Dedicatoria | AniluJuarez1 |¡Gracias por leer! 📌

Recuerden que elijo un comentario al azar, para la dedicación del capítulo.

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La vida familiar de Harry, siempre, fue complicada. Tuvo restricciones desde muy pequeño, no las típicas, o más normales. Su padre solía aislarlo de las actividades entretenidas, de esas pequeñas cosas que a un niño suelen parecerle, llamativas. Ir al parque, jugar con los vecinos, andar en bicicleta, comer golosinas. Nunca, tuvo todos esos momentos que construyen, y hacen parte de la niñez. Su padre deseó alejarlo de las malas costumbres, porque quería que su crianza fuera basada en la disciplina.

No funcionó.

Prohibirle a un niño, y restringirlo del resto, despierta el interés por aquello que no puede tener.

El padre de Harry era un hombre conservador, con creencias, y una manera de pensar, errada. Harry puede recordarlo, sentado frente al escritorio, leyendo sobre el catolicismo, contrario a lo que creyó aquello sólo lo volvió más machista, e intolerante. No permitía que una mujer le alzara la voz, y tendía a verlas, y tratarlas como si fueran criaturas inferiores a él. No era diferente con las personas que se expresaban de una manera más abierta, y liberal, a comparación de la suya.

Harry fue realista, cuando, se descubrió a sí mismo, y se dio cuenta de que sus preferencias, afectarían el bienestar de su familia. Sabía que su padre lo rechazaría, que recibiría un trato diferente, que su vida no seria la misma, no se engañó, nunca creyó tener algo diferente. Lo deseo, sin embargo.

El día que les dijo que se sentía atraído por personas de su mismo sexo. Richard lo golpeó hasta que su respiración se volvió inestable. Pensar en ello, todavía, los atormenta. Fue el momento más decisivo, y doloroso de su vida; lo arriesgó todo por alguien, por un tipo para el que sólo fue un romance de verano. Ojalá todo hubiera quedado en aquel momento, pero a partir de entonces, su vida no es más que la escena trágica, y repetida, de un libro sin final feliz.

Fue herido cientos de veces, y todas esas, que su cuerpo se volvió más fuerte, y su corazón palpitante aceptó las derrotas, con calma, aún cuando estaba rodeado de tempestades; porque tenía la esperanza de que todo mejorara, que su padre lo asimilará, que la tensión entre ellos mermara con el paso del tiempo, muchas veces intento agradarle, de una y mil maneras; nada funcionó. Así que cuando todo se convirtió en círculo vicioso, Harry decidió que dejaría de luchar contra algo que no tenía, un aparente, final.

Esa fue su vida. Su cruel destino. Lo odiaba en aquel entonces, lo odia ahora, y mirando su sentencia con toda plenitud, Harry cree que lo que falta puede ser peor que caminar sobre las brazas. O zambullirse hasta el fondo del, con anclas atadas a los pies. Entonces sabe que lo odiara por siempre, hasta que sus ojos no tengan vida, y su cuerpo deje de respirar. No tienen que ver más allá, su trágico futuro se extiende frente a él con la esplendorosa oscuridad cubriendo toda su imposible felicidad.

Volviendo al presente, al punto presencial. Harry mira con cierto recelo el como su padre ingiere los alimentos. Analiza su forma meticulosa para cortar los trozos de carne, la elegancia en como mueve los cubiertos en el momento preciso, lento y con una sofisticación que causa curiosidad, sus dedos largos, finos, afianzados al objeto punzante, lucen toscos y a la misma vez refinados. El juego de anillos brillan con un resplandor obsoleto, mientras deja reposar entre sus dientes un corte pequeño de carne. Es un acto tan simple, y cotidiano, pero esconde tanta premeditación que fomenta sus inseguridades.

SEDIENTO|  L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora