La madre de Louis es soberanamente invasiva. No en un mal sentido, pero si en el lado exasperante de la amabilidad. Constantemente, está intentado empujarlo a situaciones que lo hacen sentir incómodo. Entiende el punto, y sus buenas intenciones son poco más que alentadoras. Sin embargo, cuando trata de sobreponerse ante sus decisiones, hace que todo se vuelva insoportable.
-No quiero sentarme a la mesa con ellos -repite con seriedad.
Cruza los brazos, y mira por sobre el hombro de su madre, a su padre descansar en el sofá. El gorro amarillo en su cabeza hace que sus ojos se vean incluso más opacos, más cansados, su piel pálida anhela vida bajo la necesidad que se expande a las oscuras sombras en su rostro, mientras la sequedad recorre una desdibujada sonrisa en agrietados, y viejos labios.
-No puedes aislarte de tu propia familia hijo -su madre rebate.
-Lo abandonaron en su peor momento, y quieres que ahora los reciba con bombos y platillos, ¿es lo que quieres? Que me siente a la mesa con una secta de hipócritas, y desagradecidos -sisea con genuina molestia.
Su madre suspira, deja caer los hombros, y luego se cruza de brazos.
-Tu padre no era su responsabilidad -ella insiste.
Louis sonríe, no es una sonrisa agradable. La dureza en su mirada dista mucho de ello.
-Tenían a su hijo, a su hermano, muriendo en la cama de un hospital, y ninguno cogió el teléfono para llamar y preguntar por él. Y ahora quieren venir aquí y fingir interés, cuando en realidad les importa una mierda -masculla.
-Hablas de dos ancianos, y de tus tíos que viven del otro lado del país, Louis. Ellos no tienen la vitalidad que tienes tú, las cosas fueron complicadas en aquel entonces -ella lo intenta de nuevo.
Con el ceño fruncido, Louis vuelve la mirada a su padre. Él sigue descansando en el sofá, ahora sus ojos están cerrados, y sus huesudas manos se abrazan juntan sobre su estómago.
-Tomar el teléfono, marcar un par de números, y decir "Oye, ¿él está bien, sigue vivo?" esa mierda les habría tomado unos segundos, y estoy seguro como el infierno que no los habría matado - objeta, sus enojo fluyendo a través de sus palabras.
Ella le da un vistazo rápido al hombre tendido más allá, y luego redirige su mirada de nuevo a Louis.
-Él lo quiere así, déjale tener un momento en familia -pide con suavidad.
Louis niega, mientras experimenta en un sinfín de emociones. Le llueven los recuerdos, y para su desgracia ninguno de ellos es bueno.
-Lo siento mamá, pero si dejas que vengan, te aseguro que les echaré de casa en cuanto pisen el primer escalón -advierte.
Finalmente, su madre parece haberse quedado sin ganas de seguir intentándolo. Asimismo, y un poco desorbitado, Louis se traga el remolino de espinas atorado en su garganta. Flexiona las manos, reclamando la tranquilidad a su cuerpo.
-Llegaras tarde al trabajo -ella le recuerda, su implacable dulzura atada a cada palabra, no se ve molesta, pero Louis sabe que lo está.
No obstante, decide acercarse y abrazarla por cortos segundos.
-Lamento hacerle esto a papá, pero no puedo aceptarlo -murmura antes de alejarse.
-Lo entenderás algún día, porque a pesar de todo son, somos tu familia -su madre le asegura.
Con una sonrisa apagada, Louis se detiene en el marco de la puerta, le mira una vez más, y luego niega rotundamente.
-No, mi familia está aquí, viviendo bajo este techo. Y si tú hubieras hecho lo que ellos hicieron, te aborrecería de la misma manera -diciendo esto, y con la expresión difusa de su madre en mente, cruza la puerta, y con ella deja detrás la conversación.
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SEDIENTO| L.S
RomanceLa vida de Louis Tomlinson se ha complicado durante los últimos años. En la actualidad acompaña a su padre en el proceso de su enfermedad, una lucha que les ha tomado demasiado tiempo y que ha terminado por causar grietas en su estado emocional. Ad...