Recuerden interactuar mucho, así llegamos a más público.
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Harry no está intentando deshacerse de su agarré, en el peor de los casos parece confundido.
-¿Qué.....qué hice esta vez? -pregunta, su voz suena pesada, pero no es tan diferente a su tono habitual.
Louis podría enumerar un listado, excepto que todo lo que tiene es tan poco coherente que duda que para Harry tenga algo de sentido.
-Guarda silencio -pide, y en el mismo insensato acto, intenta abrir la primera puerta que ve.
No funciona, parece estar bloqueada desde adentro.
Finalmente, y después de lo que parece una vida completa. Louis consigue una habitación vacía, tiene a Harry tambaleándose camino hacia la cama vacía, mientras murmura reproches. No suena enfadado, de hecho, contrario a como lo esperaba, él parece estar bien ante la situación.
-N-necesito quitarme los....zapatos -dice, entre un casi imperceptible tartamudeo, y una difusa sonrisa.
Louis le observa sentarse en el borde libre de la cama, y luego sonreír más ampliamente.
-Ayúdame - pide, sin una pizca de vergüenza, en realidad, Harry no es un tipo que se avergüence fácilmente, pero está vez parece inusualmente desvergonzado.
Louis no lo comprende, y sorprendentemente, no cuestiona sus propios actos cuando camina la distancia entre los dos, y se acuclilla frente a él.
-¿Por qué... tienes que arruinarlo? - Harry tararea, debería sentirse como un reproche pero esto parece ir más allá.
Louis sabe de que está hablando. Entiende su confusión, pero no puede mantenerse calmo alrededor de él, sabiendo que no tiene el control de la situación. Puede llamarse a sí mismo egoísta, porque lo es. Porque quiere que todo sea como lo desea. En cambio, esta seguro de no estarlo ejecutando de la mejor manera, al menos no esta vez; sabe que debería mantener la distancia, dejar de alimentar esta cosa que Harry tiene por él, y sólo, dejar que cree lazos con otra persona. Pero de nuevo; él debería, sin embargo, no quiere hacerlo.
-Te dije que te mantuviera lejos, no que actuaras como un jodido témpano de hielo -murmura, mientras desliza con delicadeza una mano entre el tacón, y la parte superior de la bota, y luego, finalmente tira de ella con cuidado.
-Eso es confuso -Harry se ríe por la nariz, observando a Louis tirar de la otra bota.
-Puede que lo sea -Louis murmura.
-Entonces... ¿Q-quieres que este lejos, pero que no sea evasivo? - frunce el ceño. -No lo entiendo -susurra al final, atento a los movimientos de los dedos ajenos en sus ahora, descalzos pies.
Louis encoge los hombros, todavía tocando a Harry sobre la superficie de las medias.
-Tampoco lo entiendo -dice con sinceridad, y luego, le mira a los ojos.
-Eres tan... raro -Harry sonríe.
Su ebriedad debería explicar el por qué Louis está sonriendo con él.
-Lo sé -esta de acuerdo.
Cuando Harry ladea la cabeza, aún sonriendo y con la mirada vidriosa, una parte de Louis se siente consumida por un tipo de extraño éxtasis, y la otra parece luchar contra esa imagen de excesiva sensibilidad, casi como si rechazara la pasividad en su expresión, el desbordante apogeo de alegría en ella.
-Creeré que tienes una fijación con los pies, si no dejas de acariciar los míos -bromea, con genuina diversión.
Por más que intenta, Louis no consigue evadir la vergüenza. Carraspea, y se endereza sobre sus propios pies. Por tanto, su sonrisa se borra, y su cuerpo se tensa, ver a Harry tan sonriente hace que su mente no deje de generar en una misma línea, pensamientos poco negativos, lo que no es extraño, pero sí un poco más imprevisto que en el pasado, y visto que, últimamente sus encuentros han sido reducidos a evasivas miradas, y silencios un poco más que sólo incómodos, puede que su inusual comportamiento se deba a que, objetivamente, una pequeña parte de él estuvo anhelando tener esto de nuevo.
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SEDIENTO| L.S
RomansaLa vida de Louis Tomlinson se ha complicado durante los últimos años. En la actualidad acompaña a su padre en el proceso de su enfermedad, una lucha que les ha tomado demasiado tiempo y que ha terminado por causar grietas en su estado emocional. Ad...