El cuerpo de Harry se siente encendido, atascado en un frenesí impetuoso que reduce todo su ser a un simple despojo de jadeos. Los labios de Louis se sienten suaves y, al mismo tiempo su intensidad está abrumado todos sus sentidos.
Contenido en un lapso indeterminado, Harry se aferra ciegamente al hombre por el que su corazón suplica día a día. Emocionado y nervioso, envuelve los brazos alrededor de su cuello. Ama con locura la forma incorrecta en la que Louis gruñe aparentemente complacido con dicho gesto.
El aire se siente caliente, la vibra misma se siente febril, pero a pesar de sus muy desnudos cuerpos, no hay un indicio que susurre "Sexo". Hay placer, sin embargo, no es ese tipo de placer sexual.
El beso se rompe tras una respiración. Jadeante, Harry abre los ojos, y se encuentra con una de las imágenes más agradables que a presenciado. Louis está sonrojado desde las mejillas hasta las orejas, tiene los labios rojos, entreabiertos, y tal vez un poco hinchados. Harry puede verse reflejado en sus ojos, y eso lo hace sentir débil y feliz.
-¿Qué voy hacer contigo, mocoso? -Louis pregunta, con voz susurrada. Suena como un cuestionamiento para sí mismo, uno que no debía salir de su mente.
Harry sonríe, las gotas de agua cubriendo su caliente y sonrojado rostro.
-Puedes empezar por dejar de confundirme, me conformo con eso -murmura, sus manos recorren el pecho de Louis con animosidad.
Devastado por sus propios pensamientos, Louis le rinde una compresiva mirada. Harry no parece satisfecho, pero su expresión sigue siendo soñadora debido a los besos.
-Lo siento, no quiero hacerte daño -finalmente, Louis susurra.
Destilando una sinfín de buenas emociones, Harry arriba un poco más cerca se su cuerpo. A pesar de las ataduras a las que en diferentes formas ambos se encuentran atados, él entiende cuan difícil es llegar a tener un punto inicial de aceptación.
-Entonces no lo hagas -sus ojos fijos en el fondo azul en el que puede verse reflejado.
Al borde, en el limite de un punto aterido de tensión, Louis sumerge su confusión en el fondo de un baúl en su pecho. Odia la idea de joder a Harry, de llevarlo al momento en el que esa exacerbada adoración, se convierta en un cúmulo de odio y rencor. Pero, no puede dejar de insistir en su propio sentir, en que desea tanto alejarlo como mantenerlo cerca, fugitivo y prisionero.
Cuando vuelve a besarlo, sus intenciones son carnales, puras e intensas. En el deseo ferviente de socorrerlo bajo su poder, bajo su cuerpo, y escucharlo llorar de gozo y placer. En su piel hay calor, y en su mente un miedo descontrolado que ahoga su razonamiento, que reducen su vida a un simple momento, que lo vuelven el humano indefenso y confiado al que por años a deseado destruir.
Entonces, ese demonio insolente que lo insta a revalidar su vida, vuelve a él con una sonrisa burlona, satisfecho de verlo ceder ante aquello a lo que juro jamás someterse.
Perdido en el placer, una voz baja y dificultosa susurra, pero no provienen de los labios de Harry, pronto, angustiado y temeroso, Louis se da cuenta que esas dos palabras están ardiendo en su garganta, saliendo de sus propios labios, alzándose en el aire. Y provocando en Harry una dulce y soñadora sonrisa.
-Me gustas -se escucha a sí mismo decir, una vez más, porque ahora que lo ha hecho se da cuenta que el mundo sigue existiendo, que no hay nadie en ese lugar que pueda juzgarlo, excepto Harry, pero él no cuenta, porque es el único que jamás no lo haría.
Deslizando la punta de los dedos por el pecho de Louis, Harry se muerde el labio inferior y, luego lo mira por debajo de las pestañas. Una imagen idónea para la petición que flota en la punta de su rosada lengua.
-Demuéstrame cuanto -le reta, el tono de su voz es directamente seductor.
Atontado y lo suficientemente excitado, Louis extiende sus brazos y los envuelve en su cintura, su cuerpo entero se sacude cuando observa a Harry negar con la cabeza mientras sus rizos mojados se sacuden con él, antes de ver como se gira para darle la espalda y apoyarse en la pared.
Desde su privilegiado punto de vista, puede notar los lunares en la blanquecina espalda de Harry, su cintura, y cada lugar vistoso al que sus ojos pueden mirar.
Peleando con la necesidad de empujarse dentro sin ninguna precaución, Louis desliza los dedos entre las mejillas traseras de Harry. Lo siente tensarse, y luego su voz se vuelve un corrido entrecortado de jadeos y gemidos.
-No seas impaciente -regaña, cuando Harry comienza a tomar suaves impulsos contra sus dedos.
Al borde de la más grande desesperación, adhiere los labios al cuello de Harry, siente su piel húmeda volverse caliente bajo su tacto. Y adora con miedo la necesidad que sofoca sus instintos.
Cada minuto los envuelve en una dilema seductor, acaba con ellos, y sus propios anhelos se derriban entre sí, ansiosos por sucumbir ante la tentación, deseando con impetuosa hambre cada beso o caricia que nace segundo a segundo.
Finalmente, más tarde, cuando Louis ha conseguido un preservativo en algún lugar de la habitación, y ha vuelto a sumirse en el cuerpo de Harry, en todo lo que puede pensar es en que, no puede recordar un momento bueno hasta este, cuando no tiene que sostener un sinfín de preguntas, ni meditar en las presiones, ahora, en este momento, solo es él disfrutando de un sentimiento ensimismado que lo aísla de cualquier calamidad.
El cuerpo blandito de Harry se somete bajo la crueldad de sus manos, el indiscutible placer se extiendo a sus oídos cada vez que lo escucha gemir. Louis entiende que esto es, potencialmente, un posible error, sin embargo, no hay nada tan gratificante como la imagen que ejemplifica a su pesar, todo lo que no debería desear y que aún sabiéndolo, todo lo que hace es querer más, tomar de esto tanto como le sea posible.
El problema es que, no sabe hasta donde será capaz de llegar, y cuánto Harry será capaz de soportar.
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SEDIENTO| L.S
RomanceLa vida de Louis Tomlinson se ha complicado durante los últimos años. En la actualidad acompaña a su padre en el proceso de su enfermedad, una lucha que les ha tomado demasiado tiempo y que ha terminado por causar grietas en su estado emocional. Ad...