No soy a quien necesitas

c a p í t u l o v e i n t i c u a t r o

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El tiempo pasó más que rápido, las últimas semanas fueron intensas, el pasar el celo juntos les quito algunos días para planear la boda, por lo que Joaquín estuvo bastante estrezado. Aún así no cambiaría el haber pasado el celo juntos, fue más que lindo, el que el lobo de su pareja tomará el control le confirmó que relamente si lo quería, además que se porto muy lindo en todos los aspectos.

Soltó un pequeño suspiro, intentando quitarse todo el nerviosismo de su cuerpo, se acomodo la bata antes de salir del baño, encontrándose con Omar que está acomodando su traje, dedicándole una mirada.

— Tranquilo... Iré a prepararte un té para que tus manos dejen de temblar — susurró el omega, saliendo de la habitación.

El castaño aprovecho, para comenzar a peinar sus rizos, cuando escucho que la puerta era abierta, lo que le sorprendió fue que se encontro con Emilio mirándolo con una sonrisa.

— Se supone que esta prohibido que me veas antes de la boda —susurró el beta, acercandose a su pareja, dándose cuanta  que este le estaba ocultando algo porque no scaba sus manos de la espalda.

— La tradición dice que no debo verte con lo que vas a usar, así que como tal no estoy rompiendo la regla —comentó el alfa soltando una risita.

— Aún así, si Omar te ve aquí te matara —agregó con una sonrisa.

— Lo sé, por eso le pedí a Mark que lo entretuviera —admitió, haciendo una pequeña pausa antes de continuar— Quiero darte tu regalo de bodas, se que extrañas a tus padres y encontré una manera de que estén aquí, e incluso no solo en la boda, sino en tu vida en general.

Los ojos de Joaquín brillaron de la emoción ante aquellas palabras, lo que le sorprendió y a la vez confundió, fue cuando el rizado le mostró el oso de peluche que  sostenía en sus manos. Lo tomó algo dudoso, tras verlo por unos momentos, logro reconocer con que tela estaba hecha, era de una prenda de su madre, sin querer presionó con un poco de fuerza, haciendo que el pequeño oso dijera "te amamos" pero no era cualquier te amamos, era con la voz de sus padres, de inmediato las lágrimas salieron de sus ojos, mientra abrazaba al peluche.

El alfa se acercó al menor, abrazándolo, mientras que esté seguía llorando suavemente aferrándose al peluche, como si su vida dependiera de ello.

— Gracias, muchas gracias —susurró, tras separarse un poco del abrazo, una vez que dejó de llorar— ¿Cómo lo conseguiste?

— Me puse a ver todos los videos que tenias, hasta que lo encontré, de ahí solo mandé a hacer el oso y a poner la grabación —admitió Emilio, tomando de las mejillas a su casi esposo, para robarle un corto beso— Debo irme o me mataran si me ven aquí, te veo más tarde bonito —volvió a darle un último beso antes de salir.

Joaquín se sentó al borde de la cama, mientras continúa admirando al peluche entre sus manos, presionando una y otra vez el estómago de este para escuchar la voz de sus padres. Omar no tardó en llegar por lo que debió apurarse a cambiarse, ya que faltaba poco para la ceremonia.

Habían decidido que fuera en la mansión, por comodidad de tiempo y también porque no serían demasiados invitados.

— Te queda increíble —susurró el omega, al ver al castaño ya con su traje, justo en ese momento entró Harvey con una sonrisa.

— Esta todo listo, solo faltas tú —comentó el señor Speckman— Estoy feliz por ambos, comenzar esta nueva etapa juntos es algo hermoso, no importa cómo llegaste a mi vida eres mi hijo.

Joaquín simplemente asintió ya que el nudo en su garganta no lo dejaba hablar, tomó de cada lado a uno de los dos alultos, para bajar directo al patio trasero. Soltó un suspiro al comenzar a escuchar la música... Era hora, tomó valor para poder comenzar a caminar, lo primero que logro ver fue la linda alfombra siendo acompañada con las hermosas flores, que lo llevaban directo al rizado, que vestía un traje bastante peculiar ya que en la parte de su saco había un degradado de blanco a negro, dándole un toque único.