c a p í t u l o c a t o r c e

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Todos debieron regresar a casa después de conocer a la nueva integrante de la familia, ya que no los dejaron pasar a verla hasta mañana, el único que se quedó fue claramente Mark.

Por eso hoy en la mañana tanto Harvey como Omar fueron tamprano al hospital para ver si necesitaban algo, mientras que la pareja se quedó en la mansión para acomodar todo para darle una cálida bienvenida a la pequeña y a Yael pues hoy los darían de alta.

Por esa misma razón justo ahora el abogado más prestigioso de la cuidad de encontraba inflando algunos globos  y pasando pedazos de cinta mientras que el castaño los pega se una forma espeficica que aún no logra entender.

— ¿Por qué hacemos esto? Siempre hay gente que puedes contratar  —intrigó el alfa, realmente el decorar no es lo suyo.

— No se trata de eso, es el gesto que haces por una persona, no todo es pagar —regaño Joaquín bajandose de la escalera sonriendo ampliamente, al ver que la decoración de globos había quedado perfecto.

El rizado abulto sus labios acercándose al beta para tomarlo de la cintura haciendo que lo mirara.

— Perdón, ¿a que más te ayudo? —intrigó Emilio.

— Voy a hacer un pequeño pastel para celebrar, mientras puedes acomodar los regalos en la mesa —pidió el castaño sonriendo, el ver al mayor tan dispuesto a ayudar, sabía que era difícil para él.

—Primero dame un beso, desde que me levantaste temprano para ir a comprar todo, no me has besado bien —dijo el alfa.

Joaquín asintió soltando una risita, tomó del cuello al contrario para hacer que se incline para poder unir sus labios, moviéndose suavemente sintiendo de nuevo la emoción en todo su cuerpo, con cada roce.

Se separaron, de parte del rizado con una pequeña mordida en el labio inferior de su pareja, mientras que el menor conun pequeño jadeo, sonrojandose bastante.

— Anda ve a acomodar los regalos que no tardan en llegar —pidió el beta, a lo que Emilio negó aferrándose más a él.

— ¿Podemos decirles más tarde que ya somos novios? —intrigó el mayor, realmente quería darles la noticia, bueno también quería presumir que tiene un novio muy lindo.

Joaquín asintió, separándose del abrazo, la emoción que presentaba para decirles a todos de lo suyo, lo hacía sentir bien de tantas maneras.

[...]

Poco más de una hora después ya todo estaba perfectamente decorado incluso el pastel que hizo el castaño, con ayuda de Emilio pues esté vacío el merengue para que el lo extendiera, así que era de ambos.

Casi de inmediato escucharon como la puerta era abierta, viendo como era que todos entraban, incluiendo a la pequeña bebé que estaba en los brazos de Omar ya que los dos alfas ayudaban a Yael a caminar pues por la cirugía le costaba un poco.

— Muchas gracias —susurró Yael sonriendo ampliamente, luego sentarse en el sofá, tomando a su pequeña en brazos, el sentirse parte de una familia lo emocionaba mucho.

— Es lo mínimo que te mereces —dijo Emilio, tomando de nuevo de la cintura a su novio, si podía evitar estar lejos de él lo haría a toda costa.

— Harvey como abuelo consentidor, compró aún más cosas, para la pequeña —comentó el beta, señalando toda la mesa llena de regalos, también había algunos suyos y del rizado pero eran unos cuantos.

— Dudo que pueda usar tantas cosas, gracias de nuevo —murmuró Yael, entrelazando su mano con la de Mark, que no dejaba de sonreírle.

— Muchas gracias a todos por estar tan pendientes de mi pareja y de mi pequeña. En verdad nos gustaría quedarnos pero los llevaré a descansar —dijo Mark sonriendo ampliamente.

No soy a quien necesitas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora