c a p í t u l o d i e c i o c h o

458 50 68
                                    

Poco más de una semana había pasado desde el anuncio del matrimonio de Omar y el señor Speckman.

En este tiempo Joaquín había presentado su examen para saber a que semestre se incorporaría en la universidad, además de planear la boda por lo que había estado bastante estresado, pero feliz porque el alfa todo este tiempo había estado durmiendo con él y pasando mucho tiempo juntos.

Justo como ahora que están sentados en el sofá, Emilio abraza por la espalda al castaño, quien le mostraba la decoración, los centros de mesa para la boda que se llevaría a cabo este fin de semana.

— Me encantas mucho —murmuró el rizado contra el cuello del contrario.

Aquel momento se vio interrumpido por el chófer de Harvey que entró a la mansión, con un rostro bastante preocupado que asustó a ambos jóvenes.

— Tienen una visita —susurró el chófer, dándose la vuelta dejando admirar a un pequeño omega, con cabello rizado con varias canas en esté.

— Muchas gracias —susurró dedicándole una gran sonrisa a Emilio la cual no fue correspondida.

— ¿Qué haces aquí? —intrigó el alfa bastante molesto, poniéndose de pie, sorprendiendo a su novio por su actitud — Ni se te ocurra aparecer en mi vida después de abandonarme dos veces Álvaro, te pido que te retires de esta casa.

— Solo quiero un minuto contigo —pidió.

Emilio estaba por responder, cuando observó que Mark bajaba las escaleras mirándolos confundidos.

— ¿Y usted es? —intrigó Mark frunció su ceño, parándose junto a su hermano que sostenía su mano con Joaquín.

— Nadie —dijo Emilio rápidamente.

— Álvaro… Tu padre —susurró más para si mismo, sin embargo sabía que lo habían escuchado, ya que la expresión de su hijo menor se lo manifestaba todo.

Mark estaba entré en shock y demás, lo único que logro hacer fue negar, tomándose un momento más antes de hablar.

—Mi padre está allá Arriba con mi otro padre, ¿por qué sabes? Ellos fueron quien estuvieron ahí cuando los necesite… Mientras que tú estabas quien sabe dónde —comentó, con una mirada fría.

— Yo lo sé y no vengo a intentar tener algo que jamás tuve, solo quiero dejar las cosas en paz —murmuró Álvaro con la mirada baja.

— ¿En serio? El título de ser padre se gana, no solamente es tener a los hijos, porque eso creme que lo puede hacer cualquiera. Pero no cualquiera cuida a dos niños que ni siquiera son suyos como si lo fueran, para mí Omar es mi padre y no me importa nada más —comentó el rizado, viendo cómo su dizque padre asentía.

— Yo lo sé, no vengo a aquí a intentar ser algo que jamás fui ni seré… Yo los dejé porque sé que no sería un buen padre, sabía que con Omar estarían bien, no me arrepiento de dejarlos —admitió.

— ¿Entonces que haces aquí? —preguntó Mark.

— No yo lo sé —murmuró Álvaro —Solo quise contemplarlos después de tantos años —agregó.

— Ya lo hiciste, así que ahora vete, no quiero que le arruines la boda a mis padres, se casan en dos días y nadie lo va a impedir —mencionó Emilio, siendo detenido por su novio, ya que pensaba decir más cosas.

— Todos cálmense, yo lo acompañaré a la puerta —musito Joaquín separándose del agarre que mantenía con el alfa, para caminar junto con Álvaro a la entrada de la casa— Lamento mucho lo que te dijeron, aunque también hay que entenderlos, si gustas puedo hablar con ellos, principalmente con Emilio, es muy terco pero buena persona.

No soy a quien necesitas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora