IV

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Era curioso, muy curioso de hecho, como habían llegado a esa situación... Digamos que todo se basó en un supuesto encuentro casual.

Taehyung esa mañana se había levantado con la misión de encontrar a Jungkook y entablar una conversación que remplace el fracaso de la noche anterior. Entonces, usaría su ventaja de saber a dónde había ido la semana pasada e iría a ver si estaba ahí de nuevo. Se vistió como comúnmente lo hace y salió de su pequeño apartamento.

Mientras caminaba hasta el Central Park, pensaba en cómo iniciar tal conversación "casual" sin llegar a ser tan directo. Su emoción lo hacía serlo, a veces ni se daba cuenta, no quería asustar al lindo chico. Esa incógnita se solucionó en cuanto lo vio con un improvisado puesto de dibujos, el foco de su cabeza se prendió y sin esperar más se acercó.

—Buenas tardes —. Saludó amable, sonriente.

—Buenas tardes... —se le quedó viendo con una mirada que denotaba sorpresa. Las palabras se quedaron en su garganta.

—Un placer encontrarte por aquí —. Taehyung le extendió su mano para hacer cordial el saludo.

—Igualmente —. Tras sacudir su cabeza, decidió dejar de lado ese nerviosismo, o al menos intentarlo. Correspondió el saludo.

Taehyung miró curioso y cada vez más asombrado por las obras que estaban frente a él.

—¿Son tuyos no?

—Pues... ¿de quién más serían? —soltó irónico—. Sí, son míos.

—Son geniales.

Le parecía más que genial, no existían palabras que describieran lo que pensaba al respecto. Observaba los dibujos y pinturas que Jungkook tenía sobre la pequeña mesa del parque, estaban hechos con un cuidado y toque especial. Reflejaban muchas cosas, cotidianidades que con su pulso parecían cobrar perspectivas distintas.

—No lo es realmente.

—¿Qué? —estupefacto, él creía que eran perfectos los dibujos. Ese comentario le agarró frío y no precisamente por el clima. —¿Por qué dices eso? Son realmente geniales.

—La gente no cree eso —suspiró—. De hecho, hace un rato una anciana me dijo que fuera a estudiar algo de verdad y dejara estos garabatos. Pensándolo más, puede que sea una opción factible.

—No le hagas caso a una anciana con un cerebro fósil. —Se animó a sentarse a su lado —. Mira, haz lo que realmente te guste. Ayer mientras te veía bocetar en el bar estabas muy concentrado. ¿Por qué dejarlo?

—Muchos me lo han dicho ya y hasta ahora no lo había considerado realmente.

No mentía, tal vez fuera el que la anciana había sido muy ruda a la hora de decírselo, tal vez estaba más sensible porque había estado preguntándose cosas sobre el futuro. Naturalmente se sentía aterrado por pensar en dónde estaría en un par de años, la decepción que podría causar a sus seres queridos le carcomía el pecho por las noches en forma de insomnio. Esa ansiedad venía a veces tan repentina que no sabía cómo reaccionar ante ella, y a veces pensaba en cosas más extremas como dejar su carrera en Bellas Artes y empezar de cero con algo que fuera más útil. Lo que más le dolía era pensar que su arte era tan insignificante, inútil y sin sentido que tendría que dejarlo.

—Necesitas un empujón, y te lo daré —dijo el castaño con mucha confianza. —Las personas siguen a los demás, así que hazme un retrato y verás que más gente vendrá aquí. Si no sucede, me dejo de llamar Taehyung.

Jungkook rio genuinamente, pensó que la linda sonrisa de Taehyung era muy contagiosa, nadie se había interesado en él realmente. Alguien solitario estaba consiguiendo socializar con alguien totalmente sociable, además ese alguien era muy guapo. Dejó de lado esos pensamientos tontos sobre sus dibujos y pinturas, no debía permitirse pensar así de algo que amaba con el alma y corazón.

With his Art | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora