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Su teléfono sonó en el silencio de la mañana. Bostezó mientras se estiraba y extendió la mano para agarrar el aparato.

—¿Qué horas son estas de llamar?

—Taehyung, llegas tarde a clase de redacción.

—¡¿Qué?! —miró la hora en su celular —Mierda.

—Apúrate —y colgó.

Taehyung no era de llegar tarde a su instituto, no, en absoluto. Era alguien muy responsable porque se dedicaba al 100% a lo que amaba, la literatura. Los días jueves siempre tenían clase de redacción de diálogos en el primer bloque, cada día aprendía más sobre la fluidez y su importancia. Dicha clase la compartía con Seokjin, que estaba en el instituto para comprender mejor las letras, los emociones y lo que se desea transmitir, pues, Seokjin estudió en la Universidad de Artes para ser actor, y si quería ser el mejor en su rubro necesitaba buenas bases.

Volviendo a la raíz del problema, Taehyung no desayunó, y al instante en que alistó su mochila, salió disparado por la puerta. Caminaba a paso rápido hasta que llegó a la avenida con un semáforo en rojo frente a él.

—Oh, vamos —siseó—. Tengo que llegar, ¿Qué esperas para cambiar a verde?, cosa espantosa.

El color verde apareció y en ese mismo instante siguió su camino. A diferencia de otras veces, donde hasta le sobraba el tiempo, está vez no observó nada. Llegar tarde era como matar todas esas oportunidades de captar algo nuevo y transformarlo; qué ridículo, dirán, pero la observación da conocimientos sobre reacciones y perspectivas. Taehyung, como buen observador, estaba decepcionado de sí mismo.

Subió las gradas de dos en dos, acomodó su alborotado cabello con los dedos mientras entraba a la institución. Felizmente la docente era alguien amable y comprensible, aunque su frustración seguía presente.

Ya en el salón, y luego de brindar algunas disculpas, se sentó al lado de Seokjin.

—¿No es genial? —dijo Jin, repentinamente.

—Genial qué, ¿Qué haya llegado tarde?

—No, genio. El que te haya salvado en el momento exacto, fue algo de película.

—Ah —apoyó su frente en la carpeta. —De verdad muchas gracias, pero llegué tarde a mi clase favorita, no estoy de ánimos.

—Ánimo —canturreó en voz baja—, eres muy bueno, no habrá problemas.

—Gracias, Jin. Gracias por...

—No los habrá a menos que te pongas al día, toma mis apuntes.

Lo miró con los ojos bien abiertos, iba a agradecerle el que fuera un buen amigo y sale con su faceta "heroica". Era un héroe, pero eso solo le recordaba la fatalidad de la situación. Una tardanza no es cualquier cosa. En varias escuelas con tres tardanzas te mandan un informe académico, pero en la universidad e instituto tú te la buscabas y llegar tarde era como dejar tu futuro en el abandono.

—Mira, Tae, el drama griego te está carcomiendo las neuronas, es solo una tardanza. Solo una, no afectará en nada.

Taehyung suspiró rendido, estaba sobrepensando demasiado.

—Tienes razón... y gracias por los apuntes.

—No hay porqué.

Taehyung se dedicó a copiar los apuntes de la clase en su laptop, tecleaba y tecleaba sin descanso. Buscaba terminar con eso antes de que dejaran más deberes, si ese era el caso, se le desorganizaría totalmente el horario que con demasiado esfuerzo estaba manteniendo.

With his Art | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora