XIV

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La mamá de Jungkook los recibe feliz, abraza a Taehyung y le da la bienvenida. Halaga su atractivo, su aura tan linda y la energía positiva que desprende. En silencio apreció su amabilidad y suavidad al hablar, sintió que su hijo podría estar seguro con una persona como él. Solo fueron dos minutos de haberse conocido, pero Clare tenía por seguro que era él el indicado.

En el comedor se encontraron al papá de Jungkook. Taehyung saludó al gran chef Jeon con una reverencia, algo que hace mucho no hacía, y le mostró su lado más respetuoso.

La cena estaba recién servida y caliente. Taehyung pidió prestado el baño para lavarse las manos, Jungkook le siguió.

—Sé que estás nervioso —le dijo.

—Cómo no estarlo, son tus papás.

Y no solo eso, sus padres eran influyentes e importantes. Más que miedo se sentía avergonzado por ser, quizá, tan poco.

—No soy nadie para decirte que no lo estés —dice Jungkook—, estaría igual frente a los tuyos. Solo... Solo tienes que ser tú y listo, no finjas ser algo para caerles bien.

—Lo tendré en cuenta, koo. Pero enserio, estoy con los nervios hasta...

Jungkook lo besó.

—Estaré ahí sí me necesitas, daré la cara si te dicen algo, sostendré tu mano si tu mirada me lo pide. Todo estará bien...

Taehyung sostuvo la mejilla de Jungkook por pura memoria muscular, juntó sus narices en una caricia algo íntima entre ellos. Un besito, dos, tres... Los mimos se hacían presentes como una medicina única pero fuerte, de esa que te quitaba el dolor de cabeza y te adormecía.

—Creo que debemos salir ya...

—Un ratito más —dijo Taehyung, dándole más poquitos en el rostro contrario.

Jungkook también estaba nervioso, sería mentira negarlo, mordía su labio constantemente y se frotaba las manos debajo de la mesa mientras esperaba a que sus papás se sienten para empezar a comer. Taehyung notó el movimiento de su pierna y le sostuvo la mano. Se sintió mejor.

—Gracias por esperarnos, chicos, pero queremos saber si les gusta la cena. Adelante, prueben —animó Clare, sentándose junto a su esposo en la mesa.

Taehyung estaba contento, ese aroma le hacía agua la boca. No probaba Kimchi desde hace años, exactamente desde que fue echado de casa, y realmente extrañaba el sabor. Incluso iba más allá de una simple comida favorita, era parte de su infancia, de esa tan bonita y en compañía de la persona que tanto quería de vuelta. Recordaba todo: las caricias de su madre antes de comer, las buenas charlas del almuerzo, las historias que tenía por contarle sobre su vida en Corea antes de conocer al maldito de su padre y mudarse a los Estados Unidos. Recordaba la suave brisa colarse por la ventana de la cocina, su mamá siempre se daba cuenta y cerraba las cortinas para que su comida no se enfriara. Se sentaban juntos, en paz. Solo podían disfrutar un tiempo en familia cuando su papá no estaba porque detestaba todo lo que tuviera que ver con la cultura de su madre.

Su papá era un ex jefe de la policía, ahora un "importante empresario" aunque eso no se lo creía ni él mismo, siempre tenía por sentado que a dónde él vaya su esposa Hye siempre lo seguiría. Él era el gran señor Jones y su esposa era un capricho, algo que había ganado, un objeto que presumir; finalmente cuando vino el hijo solo quiso mantener las apariencias con las familias y conocidos. El señor Jones era la definición de cobarde y Taehyung lo tenía muy en claro, tanto que llamarlo padre le daba ardor en el estómago.

Sin querer la sensación de nostalgia e impotencia lo invadió más de la cuenta

—Oh, cariño, ¿Estás bien? ¿Por qué lloras?

With his Art | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora