XXII

41 5 12
                                    

Las cosas se habían salido de control en la casa del Señor Jones.

Cuando llegaron a la casa, una que por fuera era ostentosa y por dentro algo simplona, fueron recibidos por la señora Kim; Taehyung tuvo una charla con ella acerca del supuesto perdón que su padre le iba a pedir de rodillas, y, en efecto, se lo había rogado tan bien a su madre que esta pareció rejuvenecer de un momento a otro. Jungkook notó la esperanza en la señora Kim, Taehyung no estaba seguro de que todo ese cuento fuera real.

Se sentaron en la mesa del comedor a esperar a que terminen de cocinar para poder comer, mientras, pudo ver cómo ella acomodaba los servicios contenta. Jungkook notaba como la mirada de Taehyung se dispersaba por toda la habitación, observaba todas las cosas como buscando algo; esas cosas invisibles que Taehyung buscaba eran recuerdos que se le escurrían de las manos y se perdían en el espacio. Risas, juegos, momentos que había compartido con una joven Kim HyeJin que aprendía a ser madre y crecía junto a él.

Jungkook se había esforzado por mantener la fiesta en paz desde que las indirectas comenzaron. La esperanza de un perdón era lo que mantenía la sonrisa en el rostro de los padres de Taehyung y, contrario a eso, era lo que ponía a Taehyung en frente de un laberinto que no sabía si tenía salida. El hijo que tanto amaban estaba a la defensiva ante cualquier amenaza hacia él y a su novio, y poco a poco las respuestas secas se transformaron en levantadas de voz teñidas con resentimiento.

El señor Jones perdió la sonrisa que adornaba su rostro entre el bulto de duras palabras que su hijo lanzaba contra él, y su esposa trataba de volver a animarlo y seguir con la cena que tanto habían disfrutado haciendo.

—Taehyung, volveré a pedirte perdón ahora y siempre. Tú sabes lo mucho que yo...

—¡Tú no puedes obligarme! —vociferó Taehyung, dejando la silla atrás cuando se encorvó y apoyó sobre la mesa.

—Taehyung, basta —suplicó su madre. —Sigamos comiendo, por favor... — Cerró sus ojos con fuerza para retener el llanto.

—Hijo, por favor, siéntate. Conversemos, no es necesario seguir con estos arranques...

—¡No! —dijo dando un golpe en la mesa que hizo a Jungkook removerse en su lugar—. ¡¿Olvidaste tus propios arranques, acaso?! ¡¿No recuerdas ese que tuviste aquí mismo hace un par de años?!

—¡Hijo!

—¡No me digas así!

—¡William! —HyeJin lo sostuvo del brazo cuando notó que también se levantaría por completo y lo encararía más de cerca, buscaba apagar la llama.

Taehyung tenía el ceño fruncido, los ojos encendidos en furia, los recuerdos pasando uno tras otro en frente de sus ojos. El tacto suave de la mano de Jungkook lo llevó hasta el jardín de la casa, el tiempo era frío, las nubes se movían rápido y se deslumbraba la luna. Jungkook solo lo llevó ahí, lo soltó, y dejó que el silencio los invadiera un momento.

—Taehyung —dijo, finalmente —. No seas imprudente con tu madre.

—No quise serlo, tú sabes bien que no quise.

—Pero lo estás siendo.

—No es por nada.

—Ella también sabe que no es infundada tu tristeza, hay razones, sabe que existen razones, todos lo sabemos. Pero tú ya no eres el chiquillo que fue echado de casa, eres un adulto que intentó sanar y que lo estaba logrando...

—Él no debió regresar, Jungkook.

El nombrado observó cómo su novio se transformaba en un niño ante sus ojos. Descubrió el error en sus palabras. Taehyung seguía siendo Taehyung, el tiempo no había cambiado su ADN, el genotipo era el mismo; su yo del pasado y su yo de ahora estaban unidos por el querer ser un yo mejor en el futuro, su yo del pasado seguía herido y el de ahora seguía teniendo esas heridas: Taehyung había encontrado la forma perfecta de ignorar el dolor que sentía, pero lo que le ocasionaba ese dolor seguía ahí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 18, 2024 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

With his Art | taekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora