—¿Nos vamos luego de tu sesión de mañana?
Jungkook agarró su batidor de globo y empezó a mezclar los ingredientes en el tazón. El polvo de la harina voló a su rostro y tuvo que entrecerrar sus ojos para que no le molestara la vista. Tenía una mueca de concentración que usualmente no tenía cuando hacía postres, la razón de ello es porque estaba intentando hacer uno nuevo.
Taehyung vio que su nariz y mejillas tenían unas manchas de harina, a sus ojos, esa mueca y la harina le daban una ternura que podría admirar todos los días. Cuando su azabache hizo un puchero sin darse cuenta, no se resistió y lo hizo dejar el batidor en el tazón, le dio una vuelta rápida y le robó un piquito.
—¡Tae! ¡Casi haces que se me caigan las cosas!
—Amor, como podría haberme aguantado si tenías esa carita...
—¿Cuál?
—Tú sabes cuál.
—No, — negó— no sé.
—Oh, te lo mostraré pronto. Pero, ahora... —Taehyung tomó una servilleta de la barra de su cocina, la dobló y la pasó suave sobre la piel de porcelana de su lindo novio.
Taehyung hacía eso siempre que Jungkook cocinaba algo y se manchaba sin querer. A veces ni siquiera era necesario que tuviera una mancha, simplemente iba y fingía que había una para robarle unos besos. A pesar de la concurrencia de esa acción, Jungkook siempre se sonrojaba como si fuera la primera vez, y eso lo hacía sentir feliz, porque sabía que con Taehyung todo sería tan mágico como siempre.
—Aun no respondes lo que te pregunté. ¿Luego de tu sesión?
—Sí, recuerda tener todo a la mano, pasaré por ti y nos tenemos que ir rápido para no perder nuestra reservación.
—Verte tan emocionado por ir a ese lugar es tan bonito...
Aunque le gustaba ver a Taehyung así de emocionado, no le gustaba la razón de ello. Su vida ahora era completamente diferente a lo que era, no podía estar tan tranquilo en público y a veces ni siquiera en su casa. Siempre veía como escaparse de las cámaras escondidas en cada esquina, y siempre que escapaba tenía que tener aún más cuidado porque revelar la ubicación de la casa de Jungkook podría ponerlo en peligro. Tampoco le agradaba la idea de que salir al parque tomados de la mano ya no era posible, ni tener citas románticas en sus sitios favoritos. Todas aquellas cosas que amaban hacer juntos estaban vetadas.
Jungkook no sabía que ya había hecho sus "últimas veces" en algunas actividades, y eso lo ponía triste. Había infinidad de cosas nuevas que querían intentar juntos y que, antes de dormir, decían en voz baja, esperando el momento en el que esas cosas llegarían. En el fondo sabían que tardaría demasiado, pero hablar de ello animosamente los hacía sentirse mejor.
El lado bueno es que eran muy creativos, compraban juegos de mesa nuevos o practicaban otras cosas en la comodidad de la casa de Jungkook. Taehyung había recibido ya unas cuantas clases de repostería; y a veces Taehyung le leía a Jungkook poesía mientras este pintaba. Hacían juntos cursos online, como de tejido y manualidades. Veían películas o descansaban mientras se mimaban. Las cosas habían cambiado pero los momentos felices seguían ahí.
Con el tiempo, Taehyung ya se estaba acostumbrando a la ansiedad con ayuda de su terapista. Los primeros fueron más que un sueño, una pesadilla; todo debido a los continuos ataques de pánico y ansiedad. Jungkook estaba ahí siempre para calmarlo, para acariciar su rostro y regular su respiración juntos; pero no siempre Jungkook estaría ahí, y aunque esa verdad dañó el corazón de ambos, los animó a tomar la mejor decisión: Recurrir a un profesional.

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With his Art | taekook
FanfictionEl arte puede ser un dibujo o una hermosa canción. El arte es alegría, emoción, tristeza, desesperación. El arte puede ser de todo, y, en caso de este par, también puede ser amor. - ' - - taekook - au (alternative universe) - empezó a escribirse el...